T R O P A S D E M O N T A Ñ A
tras el periodo de instrucción en Chamonix
Son 06:35 del 18 de junio de 2021, el Curso de Montaña
Formación / 47
se encuentra en el autobús que le llevará al teleférico
que conecta Chamonix (1.050 m), con la Aiguille du
Midi (3.842 m), lugar de espectacular belleza por sus
blancos paisajes, desafiantes paredes y anhelados picos.
Por la mente de un alumno cualquiera, mientras ve el impresionante
Mont Blanc por las ventanas del autobús, corren recuerdos
como la tercera subida al Pico La Raca con ese afán
de superación personal previo al inicio del curso, las primeras
marchas en estival con aquella ventisca cruzando el collado
de Collarada, las marchas invernales con el traje de intemperie
y la brújula como herramientas fundaménteles debido a la
siempre respetada meteorología…; el alumno se siente afortunado
por todo lo vivido y aprendido, más aun después de dos
días en La Mer de Glace practicando rescate en grieta y progresión
con crampones por distintos tipos de hielo, se siente
preparado para afrontar su primer 4000.
El tiempo de ascensión del teleférico lleva a este alumno a
recordar una frase dicha al inicio de la fase de escalada: “la
pared le hace a uno mostrarse tal y como es”, gran verdad
cuando el montañero se ve a metros del ultimo seguro o volando
tras forzar ese temido paso. La experiencia de estival
se mezcla con lo aprendido en corredores y ascensiones, se ha
demostrado en los dos días de crestas a los pies del Refugio
de Cósmicos, días que han servido de aclimatación a más de
3700 metros, en los que la progresión por glaciar se aunaba
con la progresión por crestas demostrando así el profundo
conocimiento adquirido en los meses previos.
El telecabina ha llegado a su destino y las rutinas aprendidas
automatizan sus movimientos: casco, crampones, piolet,
encordamiento para crestas, comprobación de material, descenso
de cresta, encordamiento para glaciar e inicio de la ascensión
hacia el Mont Blanc du Tacul (4.248 m).
Los primeros minutos de marcha llevan al alumno a recordar
la supervivencia y aquellas noches sin dormir junto al
constante hambre, aquella fosa individual en la nieve junto
a su obligado fuego para secar las húmedas ropas antes de
dormir… y esos pensamientos refuerzan sus fuerzas y ganas
de hacer cima.
Chamonix representa el culmen, junto a la semana de Picos
de Europa, de los conocimientos técnicos aprendidos durante
todo el curso; de la sangre, sudor y lágrimas derramadas en
los pirineos. El alumno pone a examen su capacidad física,
técnica y psicológica ante los retos que plantean los Alpes.
El avance hacia el pico continúa, este alumno tiene la suerte
de ir en cabeza y en un alto puede ver tras de sí los casi cuarenta
militares que avanzan encordados, el orgullo le hace
engrandecer, más aun viéndose rodeado de inmensos seracs
y profundas grietas. Aprovecha estos minutos de descanso
para comprobar el estado de su compañero de cordada, ese
binomio indispensable. Siendo parcos en palabras, la cordada
cruza un puente de nieve y lidera la columna hacia la cima.
El Curso de Montaña es un trepidante viaje por la geografía
española y por el desarrollo de uno mismo, un viaje en el
que lo importane es el camino con todo lo aprendido en él:
vida y movimiento estival e invernal, capacidades técnicas,
superación de obstáculos, supervivencia, fortificación en terreno
nevado, bromatología, primeros auxilios, autorrescate,
nivología, táctica,… sin olvidar los valores interiorizados tan
característicos de toda unidad militar de montaña, indispensables
cuando una agradable jornada se vuelve tremendamente
hostil y difícil.
Siguiendo una huella por la blanca nieve de los Alpes, profesores
y alumnos avanzan sin dejar de reevaluar el entorno,
la meteorología, a los compañeros,… teniendo un recodo
de su mente constantemente pendiente del movimiento de
auto-detención con el piolet; siendo capaces de moverse por
un terreno ajeno a lo natural para el Hombre, estos militares
avanzan hasta que la ansiada cima se presenta bajo los pies,
misión cumplida.
El primer pico de más de cuatro mil metros ascendido para
muchos, pocos alumnos creerían que tal hazaña iba a ser
posible si se lo hubieran dicho ocho meses antes, los bisoños
montañeros de aquel momento no se imaginaban capaces de
tal logro.
Llega el momento de iniciar el descenso sin perder la concentración
ni la disciplina, el Refugio de Cósmicos aguarda y un
merecido refrigerio al sol de la terraza será la mejor recuperación
para estos futuros diplomados.
El LXVVI Curso de Montaña inició allá por septiembre de
2020 con treinta y siete compañeros, veintisiete lo finalizarán
Dios mediante habiendo forjado unos lazos que los mantendrán
unidos de por vida, hasta lo más alto.
Adrián Simón Perino
Tte. Alumno del LXXVI CSM