Varios
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PERSONAJES ILUSTRES DEL ARMA DE CABALLERÍA
Hernández Menor se aproximó con sus jinetes pie a tierra y, a la distancia adecuada, ordenó
montar a caballo y, protegido por las mías, se lanzó al galope hacia las primeras casas defendidas
por trincheras y las ocupó a costa de las primeras cuatro bajas. Desde allí, posibilitó la entrada al
poblado de las mías, que desalojaron al enemigo y lo pusieron en fuga.
Cuando preparaban la defensa del aduar, Brahím resultó herido y fue evacuado. Hernández
Menor tomó el mando de las fuerzas presentes y continuó los preparativos, reponiendo la munición
y preparando la defensa. Al poco tiempo, los áscaris recibieron la noticia de que su jefe Abdelmálek
había muerto. Vacilaron e, incluso, algunos se retiraron. Los rebeldes rifeños se apercibieron
de esta circunstancia y, muy reforzados, contraatacaron. Se produjo entonces una verdadera desbandada
de las mías; supersticiosos, creyeron que se estaba cumpliendo la famosa maldición de
AbdelKrim.
Hernández Menor detuvo la huida y reunió de nuevo a un buen número de áscaris de su vanguardia.
Con ellos, recuperó parte del poblado y, haciéndose fuerte en algunas casas, rechazó el ataque.
Entonces, recibió la orden de retirarse, acción que ejecutó sin dejarse arrollar por el enemigo,
permaneciendo constantemente en la retaguardia.
Era el noveno hijo de José Hernández Valdés y Catalina Menor Catalán. A los 18 años ingresó
en la Academia de Caballería. Tres años después, fue promovido al empleo de alférez y destinado
al Regimiento de Cazadores de Villarobledo, 23 de Caballería, de guarnición en Badajoz, donde
estuvo hasta finales de diciembre de 1920, para pasar después al Regimiento de Húsares de la
Princesa, 19 de Caballería, en Alcalá de Henares. Con esta unidad se trasladaría a Melilla el 31
de julio de 1921 y comenzaría su aventura africana, participando en la recuperación del Monte
Gurugú, que dominaba Melilla, y de Monte Arruit. Ascendió a teniente por antigüedad el 8 de
julio de 1922 y, tras un breve paso por el Regimiento de Cazadores de Lusitania, 12 de Caballería,
ubicado en Granada, se incorporó al Grupo de Regulares Indígenas Tetuán n.º 1, donde permanecería
un año. Su siguiente destino sería en la Mehala Jalifiana Tetuán n.º 1, hasta que se organizó
la harca de Abdelmálek -caíd procedente de Argelia-, a la que se incorporó en julio de 1924 para
ejercer el mando de la Caballería de la harca, consistente en dos mías con doscientos caballos,
establecida en Azib de Midar. Tras la acción del poblado de Midar, fue citado como distinguido en
el combate de Alales (21 de octubre) y como muy distinguido en los de Mesnar (29 de octubre),
Haman (4 de noviembre) y Hedra (9 de noviembre). El 10 de enero de 1925 fue alcanzado por una
bala enemiga en la clavícula durante el combate de Ainguer, por lo que se le concedió la Medalla
de Sufrimientos por la Patria.
Permaneció en la harca del fallecido Abdelmálek hasta finales de junio de 1925, fecha en la
que ya se estaba preparando el Desembarco de Alhucemas. Con tal motivo, el teniente Hernández
Menor se incorporó a una harca, denominada Tetuán, que se organizó para formar la vanguardia.
Esta unidad indígena, en la que él estaba a cargo de una sección, desembarcó con la primera oleada
junto a las 6ª y 7ª Banderas de La Legión, en la madrugada del 8 de septiembre. Los legionarios
y áscaris tenían que avanzar con el agua al pecho y los fusiles en alto y, tras vencer las primeras
resistencias en Morro Nuevo, una bala de cañón acabó con su vida. Sería la primera baja mortal de
un oficial durante la operación.
Dos años más tarde, en 1930, se erigió un monumento en su memoria en Villena, su ciudad
natal. Destruido en julio de 1936, sería repuesto en 1956 en su emplazamiento primitivo, donde
permanece actualmente. En julio de 1932 se inauguró otro monumento a la memoria de Ángel
Hernández Menor en la Escuela de Aplicación de Caballería, ubicada en Madrid, consiste en un
busto del capitán con dormán de húsares, sobre un pedestal con la Cruz Laureada y el emblema
de Caballería en bronce. Se trasladó en 1974 a la Academia de Caballería, en cuyo patio de armas
se conserva.
Memorial de Caballería, n.º 92 - Diciembre 2022