La crisis sanitaria ha demostrado, una vez más, el
valor de las FAS en situaciones de emergencia
médica en condiciones de bioseguridad, el cual estuvo a cargo de
diferentes unidades del Ejército del Aire y de la Unidad Militar de
Emergencias (UME).
CONCLUSIONES
El Congreso ha arrojado interesantes conclusiones, compartidas por
las naciones de la Unión Europea. Entre ellas figura la consideración
de que la amenaza de pandemias y epidemias es un factor bien
analizado en las distintas estrategias de seguridad nacionales. En
realidad, la única incertidumbre en cuanto a la aparición cíclica de
crisis sanitarias es el momento exacto en el que se producirán, por
lo que esa incertidumbre no podrá justificar una falta de preparación
en el futuro, salvo que se esté dispuesto a asumir las nefastas consecuencias.
Por lo tanto, la preparación para afrontar la siguiente
crisis debe considerarse ya en marcha, extrayendo las lecciones
aprendidas en la gestión de la pandemia por el COVID 19.
Igualmente, se entiende que dicha preparación será más eficaz
cuanto mayor sea la coordinación en su aplicación. Por ello, es
importante incrementar la cooperación entre los servicios sanitarios
militares de la UE, reflejándolo en nuestra estructura y organización,
así como mejorar el planeamiento concurrente con las autoridades
apoyadas, a todos los niveles.
Pepe Díaz
Otra de las reflexiones es que, aunque los nexos entre salud y
seguridad son bien conocidos, en esta crisis han sido evidenciados
en la realidad, revelando la importancia de que las Fuerzas Armadas
estén en disposición de apoyar a otras autoridades, y en definitiva
a la población civil, en estas emergencias. Las Fuerzas Armadas representan
una reserva de la respuesta inmediata y pueden contribuir
a la constitución de reservas estratégicas frente a pandemias. La sociedad
europea ha sabido valorar positivamente esa disponibilidad.
También se observa que, junto con el esfuerzo invertido en la
respuesta específica a la crisis, las Fuerzas Armadas europeas han
sido capaces de implementar medidas que han hecho posible el
control de los brotes en las fuerzas propias, minimizando así el impacto
de la pandemia en las operaciones para seguir garantizando
la seguridad y estabilidad.
Una vez extraídas las conclusiones, el inspector general de Sanidad
de la Defensa, general de división Juan José Sánchez Ramos,
clausuró el 8 de octubre el Congreso, que finalizó con la voluntad
de que esta primera edición pueda ser seguida de otras futuras, en
diferentes localizaciones europeas, hasta consolidarse como uno de
los principales foros de encuentro de los Servicios Sanitarios Militares
de la Unión Europea.
Noviembre 2021 Revista Española de Defensa 31