revista de aeronáutica y astronáutica / junio 2022
506 José Ortiz Echagüe
cuarenta aviones, que construyó en
Zaragoza y funcionaron sin problemas.
Era el primer paso antes de
que fundara Construcciones Aeronáuticas
(CASA), en 1923, empresa
que cinco años después construiría
los inolvidables Breguet 19 Cuatro
Vientos y Jesús del Gran Poder. Posteriormente,
en 1950, con esa visión
innovadora y capacidad empresarial,
también fundó la Sociedad Española
Automóviles de Turismo (SEAT). Dos
pilares de la economía que dieron
trabajo a más de 100 000 personas,
contando con la industria auxiliar. De
estas dos factorías saldrían vehículos
tan importantes como el C-212 Aviocar
o el SEAT 600, dos «utilitarios»
que nos hablan también del gran
sentido social del que se empapó a
través de su objetivo y que trascendió
a su propia actividad empresarial.
«En sus respectivas capacidades
son dos aparatos que hablan de mi
padre, de su preocupación por el
bienestar de los demás, intentando
diseñar con un sentido tremendamente
práctico», nos aclara su hijo.
Ortiz Echagüe realizó fotografías
hasta la edad de 73 años. Publicó
cuatro libros de fotografía, cuyos títulos
nos pueden dar una idea aproximada
de la temática de su obra:
España, tipos y trajes; España, pueblos
y paisajes; España mística y España,
castillos y alcázares. Una obra
formada por unos 25 000 negativos,
revelados a mano en su propio laboratorio.
Los que más le gustaban los
sacaba a mayor tamaño, positivándolas
en un papel especial denominado
fresson, que permitía retocar
la imagen eliminando partículas de
carbón.
Son las palabras del propio Ortiz
Echagüe las que mejor nos pueden
dar una idea de su forma de ver la
vida: «No entiendo por qué los artistas
fotógrafos tienen esa marcada
tendencia a hablar de los métodos
empleados, en vez de las emociones
que han logrado comunicar con sus
negativos». Y es en su forma de comunicar,
sencilla, tradicional, clásica,
cuidada y humana, donde está el valor
de una obra fotográfica, con una
marcada tendencia pictórica, que se
conserva y expone en la Universidad
de Navarra.
Su existencia no solo fue intensa
en lo profesional, sino también en
lo familiar, ya que tuvo ocho hijos,
dos de los cuales tuvo la desgracia
de perder con el hundimiento del
buque Baleares en 1938, y como
nos dice su hijo «aunque fue un gran
fotógrafo, empresario y aviador, me
quedo con el gran padre de familia,
ejemplar y cristiano». n
Ortiz Echagüe piloto
Primera promoción de pilotos de la Aeronáutica Militar en Cuatro Vientos. (Imagen: Colección
Ángel Sánchez)