IN MEMORIAM. CAPITÁN SERGIO BARREDA PEÑAS

MEMORIAL CABALLERIA 82

Noticias del Arma 25 ACTIVIDADES DE LAS UNIDADES DEL ARMA IN MEMORIAM. CAPITÁN SERGIO BARREDA PEÑAS Memorial de Caballería, n.º 82 - Diciembre 2016 Indicativo «LOCO» Hace más de 16 años que lo conocimos como un sargento recién salido de la academia. Un completo desconocido que parecía muy serio, incluso demasiado. Tan alto que costaba mirarle a los ojos. Pero detrás de esa mirada se escondía un gran hombre, generoso y justo, en la difícil tarea de ser jefe. El capitán Barreda simplemente era de los buenos, de los que trabajaban, de los que llevaban la disciplina dentro y la irradiaban, alguien que cuando se fue del Lusitania todos nos dimos cuenta de que no estaba. Un compañero que llevaba siempre la verdad por delante, aun a sabiendas de que no siempre le ayudaría en su labor diaria. El Sergio que conocimos era un hombre de los pies a la cabeza, un tipo con el que podías hablar de cualquier cosa, en cualquier momento. Daba igual que fuera algo que le gustara especialmente o que entendiera de ello o no, simplemente era agradable pasar ratos con él. Él ha sido una de las personas con la que más nos hemos reído en la vida. Tenía una capacidad inagotable para caricaturizar cualquier situación y hacer que te rieras de todo. Era una forma de impulsarse, de impulsarnos, hacia delante. Como oficial «de la media» tuvo que bregar con platos poco apetecibles, por ello tenía que reírse de todo, o todo se vendría encima. Luchó sin descanso por sacar adelante su trabajo y sus responsabilidades. Tenía un sentido del deber tan alto como él mismo. Implicado hasta el final, nunca se rendía, y cuando más dura era la hazaña, más ganas le ponía hasta que lo conseguía. El deporte era una de sus pasiones. Un tipo sano, siempre cuidándose, incluso en maniobras salía a correr a las seis en punto de la mañana en cualquier fecha del año. Siempre acompañado de sus incondicionales. No les importaba tener que lavarse en el aljibe en lo más crudo del invierno por muy fría que estuviera el agua. La música era su otra gran pasión. Siempre con ella para que le llenara de energía, para que le acompañara en los momentos bajos y sirviera de válvula de escape. Esa rara mezcla de disciplina militar y amor por el rock and roll tenía su punto de unión en su manera de ser y trabajar. El es-fuerzo y el trabajo continuo le llevaron a conseguir todas las metas que anhelaba. El Ejército ha perdido a un oficial, un militar, un compañero, magnífico en todos los sentidos. No es sustituible de ninguna manera. Ahora sí que ha «corrido la escalilla». Con sus ganas y ab-negación nos arrastraba a los demás. Consiguiendo que esta máquina funcione entre la desidia y el conformismo que a veces nos rodea. Él sin duda era especial, no se hacía respetar, se le respetaba. Gracias, Sergio, por hacernos tan fácil las cosas. Ha sido un orgullo haber trabajado contigo, codo con codo, tanto en el quehacer diario como en esos momentos que necesitábamos de un buen consejo o simplemente de tu manera de ver la vida. Le echaremos de menos siempre. Hemos perdido a un amigo al que le hubiéramos confiado la propia vida, no se puede decir más. Capitán José Julián García Fernández, brigada Felipe Logroño Bautista, cabo 1.º Miguel Ángel Álvarez Arnanz, compañeros del Regimiento Lusitania


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