El conocimiento de la situación espacial. Detectando riesgos José Alemañ Asensi Coronel del Ejército del Aire Desde el lanzamiento del primer satélite artificial hace sesenta años, hemos tenido la tendencia a considerar al espacio como un entorno donde el principal riesgo eran nuestras propias limitaciones tecnológicas. Con el tiempo hemos empezado a conocer las amenazas para las numerosas tecnologías basadas en satélites, de las que cada vez dependemos en mayor medida. Si queremos seguir consolidando y expandiendo nuestras capacidades espaciales, tendremos que estar muy atentos a una serie de fenómenos, unos naturales y otros provocados por nuestras actividades, que pueden poner en riesgo servicios que hoy resultan esenciales. Cualquiera puede imaginar las graves consecuencias que se derivarían de una caída o disfunción de los satélites que proporcionan navegación y posicionamiento, comunicaciones, observación del clima y predicción meteorológica, alertas y avisos originados por medios de observación de la tierra, redes y otras tecnologías de la información o retransmisiones audiovisuales. Por solo enumerar algunos. En el campo militar, y desde las fases iniciales del planeamiento, las operaciones necesitan de las capacidades de nuestros satélites para proporcionar ISR, mando y control, navegación de precisión y servicios de referencia de tiempo, SATCOM, conocimiento de la situación para el comandante y alerta temprana de lanzamientos; en una lista que no deja de crecer. Lo más importante es que las capacidades referidas están directamente ligadas a la capacidad de ejercer un mando y control efectivo de las operaciones. Además, el entorno espacial genera sus propias posibilidades de enfrentamiento con la finalidad de asegurarnos el empleo de las capacidades que operan en él y negar a los adversarios el acceso a ellas. Así pues, el conocimiento de la situación espacial se configura desde el primer momento como un interés cívico-militar. Podríamos decir que existe un apremio común por proteger los servicios de carácter general proporcionados por los satélites, que sería el interés de la parte civil, junto a una necesidad militar de conocer las amenazas que esos servicios espaciales pueden sufrir como consecuencia de la acción de potencias enemigas, así como el diseño de medidas para negar el acceso de esas potencias a sus propias capacidades espaciales. Respecto al objetivo general de disponer de información precisa y oportuna sobre el ambiente espacial y particularmente en lo referido a riesgos para las infraestructuras en órbita y en tierra, se han establecido en los principales países del mundo programas de conocimiento de la situación espacial, en inglés space situational dossier 638 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Septiembre 2018
RAA 876
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