OPERACIÓN “BALMIS”
Aparato digestivo
Este cambio lo han vivido en primera persona los militares destinados en el almacén
de la Unidad de Abastecimiento del PCAMI, convertido ahora en un almacén de tránsito
y no de almacenamiento. Por este motivo, han tenido que alargar sus jornadas,
incluso acudir los fines de semana, para recibir y preparar envíos diarios a un total de
85 unidades. Una situación atípica que el soldado Jimeno «no había vivido antes», pero
que acepta con responsabilidad. Sabe, al igual que sus compañeros, que su labor «es
fundamental para garantizar la protección de los militares que salen a diario», bien
en misión de presencia o a realizar desinfecciones de distintos centros. Ayuda en esta
tarea titánica el contar con un almacén automatizado inteligente de 27.000 palés, en el
que «los productos y materiales que son de uso más habitual están ubicados en lugares
más accesibles, y además están duplicados, de tal manera que si hay un problema
en una de las localizaciones, se puede encontrar en la otra», explica la teniente coronel
Kaiser, jefa de la Unidad de Abastecimiento.
Nuevas células
El reto de la operación “Balmis” no solo ha supuesto adaptar procedimientos y sistemas
de gestión en los almacenes de la Unidad de Abastecimiento, sino también transformar
capacidades del PCAMI para apoyo a las necesidades más urgentes de la operación. De
esta forma, los talleres de Corte, Confección y Bordados de la Unidad de Mantenimiento
han abandonado temporalmente la confección de banderas, estandartes y guiones, los
arreglos de uniformes de representación, gala y uniformidad de gestantes y tallas especiales,
para producir mascarillas higiénicas a un ritmo de 1.500 diarias, hasta 140 equipos
de protección individual al día y 800 cintas de identificación de agentes de autoridad para
los militares que cada día están presentes en distintas localidades españolas. Estas cifras
se logran gracias al esfuerzo de las costureras y bordadoras, que han establecido dos
turnos para que las máquinas no paren. Paloma, jefa del taller de vestuario, asegura que
para ellas el hecho de cambiar de tarea no supone un problema, y lo hacen encantadas,
porque quieren arrimar al hombro en estos momentos tan difíciles. «Estamos para lo que
haga falta», subraya. Una actitud y disposición que es extensiva a todo el personal de los
órganos logísticos del MALE y que, unida a la experiencia y capacidades con las que cuentan,
llena de significado uno de los grandes lemas de esta crisis: Juntos lo conseguiremos. ¢
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