Dossier. La Inteligencia en el Ejército del Aire

REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 828

La OTAN, en el APP-06 del año 2012, define la inteligencia como “el producto resultante de la información relativa a naciones extranjeras, hostiles o elementos y fuerzas potencialmente hostiles, o áreas de operaciones en curso o potenciales. El término también se aplica a la actividad que da como resultado el producto y a las organizaciones involucradas en tal actividad”. Podemos comprobar que, al hablar de inteligencia, nos referimos a un producto, a una actividad y a una organización. Como producto la inteligencia es conocimiento, aunque no todo el conocimiento es inteligencia. Es un conocimiento que debe cubrir las necesidades de información que un mando tiene sobre lo que puede resultar adverso para el cumplimiento de su misión. Un concepto que resume de manera breve, pero creo que muy amplia, el campo que abarca la inteligencia. En un mundo en el que abundan los datos, información y diferentes análisis, el producto “conocimiento” debe garantizar su calidad basándose en la veracidad de una información desarrollada a partir de datos fidedignos. Como actividad, la inteligencia abarca la realización de múltiples tareas y misiones, ya sea de forma dedicada o no, en las que siempre se presenta la oportunidad de obtener datos y la posibilidad de colaborar con, o recibir apoyo de, diferentes especialistas. La actividad exige un esfuerzo en el plano tecnológico y humano de una organización dedicada a la inteligencia, pero también una concienciación de los miembros que la forman. Como sistema, la inteligencia debe dirigir la actividad y garantizar que datos, información y productos sean recibidos puntualmente por aquel que los necesita. El Ejército del Aire, como componente de las Fuerzas Armadas, no es una institución ajena a la inteligencia, forma parte de la actividad, del sistema y elabora sus productos. La inteligencia en el Ejército del Aire proporciona a los diferentes mandos los elementos de juicio necesarios para hacer que la milicia prepondere sobre la malicia y para aplicar con la mayor prudencia el resto del aforismo. Resulta un reto describir la inteligencia, en sus tres facetas, en nuestro entorno, por la discreción que exige la materia a tratar y por la complejidad del tema. Tres compañeros han aceptado el desafío y nos presentan en este dossier un boceto de la Inteligencia en el Ejército del Aire, otorgándonos una base para la concienciación y hacer que el que quiera saber más pueda profundizar. El brigada Borreguero Barrio trata en su artículo del eslabón más débil y más valioso en la cadena de la inteligencia: las personas, reflejadas en los analistas; nos recuerda que sin factor humano no hay inteligencia. El comandante Ríos Gómez describe de manera concisa y acertada la inteligencia en el Ejército del Aire en sus tres facetas (producto, actividad y organización) señalando, lo que interpreto como principal conclusión, que el Poder Aéreo por sus características es el que mejor puede satisfacer las necesidades de información que provoca una situación de constante cambio, y que el Ejército del Aire debe estar a la altura de las circunstancias. Por último, y no menos importante, el capitán Pareja Sanz en su artículo describe una actividad específica de inteligencia, engarzando las necesidades que pueda tener el Ejército del Aire con las de las Fuerzas Armadas; la frase “hablamos, pues, de aviadores con mentalidad de Operaciones Especiales que emplean las aeronaves de manera inesperada por el enemigo” hace que al artículo sea, además de una descripción, una propuesta de actuación en la guerra asimétrica del Poder Aéreo, en general, y del Ejército del Aire, en particular. TENIENTE CORONEL (CGEA) LUIS FERNANDO RUANO RAMOS PROFESOR DEL DEPARTAMENTO DE INTELIGENCIA Y SEGURIDAD. ESCUELA SUPERIOR DE LAS FUERZAS ARMADAS. CESEDEN. REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Noviembre 2013 887 dossier DOSSIER La Inteligencia en el Ejército del Aire Obrar de intención, ya segunda, y ya primera. Milicia es la vida del hombre contra la malicia del hombre, pelea la sagazidad con estratagemas de intención. Nunca obra lo que indica, apunta, sí, para deslumbrar; amaga al aire con destreza y executa en la impensada realidad, atenta siempre a desmentir. Echa una intención para assegurarse de la émula atención, y rebuelve luego contra ella venciendo por lo impensado. Pero la penetrante inteligencia la previene con atenciones, la azecha con reflexas, entiende siempre lo contrario de lo que quiere que entienda, y conoce luego qualquier intentar de falso; dexa passar toda primera intención, y está en espera a la segunda y aun a la tercera. Augméntase la simulación al ver alcançado su artificio, y pretende engañar con la misma verdad: muda de juego por mudar de treta, y haze artificio del no artificio, fundando su astucia en la mayor candidez. Acude la observación intendiendo su perspicacia, y descubre las tinieblas revestidas de la luz; desçifra la intención, más solapada quanto más sencilla. Desta suerte combaten la calidez de Pitón contra la candidez de los penetrantes rayos de Apolo. Baltasar Gracián. Oráculo Manual del Arte de la Prudencia. Aforismo 13.


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