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usando una flota de trece T.21, que debería de ampliarse en otros cinco aparatos, según marcaba el programa del Futuro Avión de Transporte Medio (FATAM)-II. El resultado del trabajo de la escuadrilla ha dado como resultado la puesta a disposición del Ejército del Aire, a través de su Jefatura SAO/PR, de una unidad SOATU-FW. Así mismo, se ha convertido en una de las principales bazas de actuación del MCOE y el MOPS, que están bajo el mando directo del JEMAD. El Gobierno, de considerarlo necesario, también puede poner a este SOATUFW, al igual que al EZAPAC y al 803 Escuadrón, a disposición de nuestros aliados de la OTAN, la UE o la ONU. «La clave de nuestro continuo entrenamiento en este campo», nos señala uno de los pilotos de la escuadrilla, «es pensar, trabajar e integrarnos en el ambiente SOF, lo que exige una gran resistencia mental, que es más importante que la gran preparación física que también se exige». Este pequeño núcleo de profesionales, que luce en sus monos de vuelo el parche de la calavera que tiene detrás las aspas de San Andrés, se entrenan especialmente y de forma continua con los miembros del EZAPAC. Actualmente el núcleo básico de intervención del 353 Escuadrón en las operaciones SAO lo forman dos aviones C295, de los 13 con los que cuenta el Ala, y cuatro tripulaciones, para lograr una disponibilidad 24/7, como han demostrado durante los sucesivos ejercicios Flintlock, que se desarrollan en el duro ambiente del Sahel, organizados por el Mando de Estados Unidos para África, el AFRICOM, con sus exigentes estándares. La simbiosis con el EZAPAC es tal que, en los procedimientos de actuación con los C295 en tareas SAO, está estandarizado que los efectivos del Escuadrón se integren con las tripulaciones para sobre todo, asegurar las zonas de toma de la aeronave. Así mismo, el EZAPAC colabora en el entrenamiento de las tripulaciones de la Escuadrilla SAO con la finalidad de que se forjen en la actuación en ambiente hostil, en los exigentes entrenamientos como los referidos SERE, y tiro con sus armas cortas HK-USP y largas G-36, que son su material reglamentario. «La idea no es que nos convirtamos en un equipo de combate terrestre, pero sí evitar que seamos una carga extra para el EZAPAC en caso de necesidad o situación crítica», nos comenta un piloto. La colaboración, además, se extiende a las otras unidades SOF de las FAS, como son las del MOE, con las que este año el Ala 35 ha promovido 11 colaboraciones específicas, aparte de los ejercicios conjuntos organizados por el MCOE. Además, también se trabaja con la FGNE, llevando hasta la zona de operaciones marítimas no solo los «estoles » de esta Fuerza, sino a veces a sus lanchas semirrígidas, que también son lanzadas mediante paracaídas, al igual que a estos profesionales que, en su mayor parte, pertenecen a la Infantería de Marina. En las prácticas de inserción de unidades SOF por parte del Ala 35 se utilizan regularmente las técnicas de saltos manuales a gran altura o VHA (very high altitude), mediante los referidos procedimientos HALO y HAHO, en los que el Ala 35 tiene una gran experiencia, ya que aporta una tripulación y un aparato a los cursos de cualificación en ambas técnicas, que organiza tanto la EMP Méndez Parada como la Brigada Almogávares VI de Paracaidistas BRIPAC en Villanubla y León. n REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Noviembre 2018 831


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