889 El vigia

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2.o centenario Al cumplir en este número El Vigía n.º 200 o, lo que es lo mismo, 20 años –a 10 números por año–, permítame el lector que, con cierta medida, me explaye con algunos recuerdos acerca de la Revista de Aeronáuticay Astronáutica, mi vinculación con ella y el feliz nacimiento y devenir de mi sección. Conocí la revista cuando mi tío aviador –tres gordas estrellas en la gorra–, de visita a mi abuela, dejó un par de ejemplares en la casa de Neguri. Luego, sabedor de mi afición, por paquete postal me envió alguna; pero a punto estuvo de castigarme, puesto que, al recibír mi «bautismo del aire», con la emoción y entusiasmo de los 13 años, le escribí a Madrid, relatándole la formidable experiencia. Mi sorpresa no se hizo esperar, puesto que a vuelta de correo, dicha carta se la devolvió a mi madre, señalando con lápiz rojo las muchísimas faltas de ortografía provocadas –pienso yo– por la emoción. el vigía Cronología de la Aviación Militar Luego sería un compañero de colegio, sobrino del comandante Luis de Zavala «Zabalón», con quien luego coincidí en la preparación para el ingreso en la AGA quien me pasó algunos ejemplares. Conservaba, pues, varios números sueltos hasta que Pepin Valdes Larrañaga, en Aviación (S.T.) desde la guerra, me regaló todo el periodo 1941- 1960. Por último, los hijos de Antonio Perales, a su muerte, me obsequiaron con la colección encuadernada hasta los 70, incluida su buenísima 1.ª época. Para corresponder a la Fuerza Aérea argentina, que tan espléndidamente me había tratado en el viaje de 1981, cargando a tope el «Fiesta», todos los tomos se los entregué a su agregado aéreo en Madrid, con destino a la biblioteca Jorge Newbery de Buenos Aires. Muchas veces he pensado en cómo me hice con la revista, en la que, salvo algún número, echaba en falta temas relacionados con el pasado y el presente de nuestra aviación militar; Española “Canario” Azaola Miembro del IHCA comentándoselo a su director, entonces, coronel Pepe Juega –cuñado de mi jefe en Tecnaval, SA– quien había leído trabajos míos en El Correo Español -El Pueblo Vasco (hoy El Correo) y en la revista AVION, me brindó sus páginas, comenzando en 1977 con «Archivo abierto», donde conté la historia de aviones curiosos como el Ju-290 (el primer tetramotor), el B-25 Mitchell, Ju-88..., o la Bücker, de la que en vuelo desde otra había hecho fotos muy bonitas en Granada. En los años 50 había descubierto la revista francesa Aviation Magazine, de la que me atraía su sección «Actualitès d´autrefois», una columna de fotos históricas con fechas y pie. En ella me inspiré para, simulando las páginas de un diario, componer El Vigía (en la foto «el cuarto de los aviones, su redacción»); su nombre y cabecera, con la torre de Cuatro Vientos y aviones de dos épocas. He de reconocer que fue un milagro –de la Virgen de Loreto, supongo– la maqueta (una página con cuatro fotos) que enseñé a mi amigo el general Ignacio Quintana, JEMA entonces, justamente cuando me «reprochaba» que escribía muy poco. Le gustó mucho y me sugirió que la presentara al director de la revista. Así lo hice, pero, para desilusión mía, no tuvo éxito. Pasados unos años insistí, y a mi querido amigo general Adolfo López Cano le encantó, asegurándome que metería El Vigía en la revista, aunque, lógicamente, debía consultar con el Consejo de Redacción, que con toda seguridad aceptaría. Y así fue, en el número de noviembre de 1998 aparecía una página, que ya desde mayo del siguiente año fueron dos y más modernamente tres. No deja de ser curiosa la premonición de un conocido escritor aeronáutico, quien muy serio vaticinó: «Canario, esa sección que has empezado no tiene futuro ». La verdad es que en absoluto me preocupó, no conocía mi archivo y el tiempo me ha dado la razón. Las ilustraciones (1.411) han sido mi debilidad, y por El Vigía han ido desfilando retratos de aviadores, a muchos de los cuales no se les conocía; caricaturas, prospectos de cine, sellos, fotos de actos, de bodas, de uniformes de distintas épocas, portadas de libros, emblemas, publicidad curiosa, monumentos, carteles, pinturas y hasta etiquetas de vinos. Con gran satisfacción por mi parte, a lo largo de los años he comprobado que se lee mucho la revista y que El Vigía gusta. De hecho, es muy corriente el comentario: – Es lo primero que leo. Pero como justifiqué, nada menos que a la cúpula del Ejército del Aire, una mañana en Torrejón: – Lo que pasa,es que el español tiene la costumbre de echar una primera hojeada a las revistas empezando por el final, y El Vigía por allí anda. Evidentemente, en los 200 El Vigía se han «colado» numerosas erratas; las más gordas –pocas– se corrigieron en el número siguiente, pero no descarto dedicar una página para subsanarlas. Hace 100 años Nacimiento Oviedo 14 noviembre 1918 Felizmente ha dado a luz a un niño, tercero de sus hijos, doña Dolores Ceñal, esposa del licenciado en Ciencias Químicas don Emilio García Conde. Al recién nacido le será impuesto el nombre de su padre. Nota de El Vigía: Terminado el bachiller, Emilio García Conde Ceñal, revelándose como un joven listo y estudioso, había cursado dos años de Ciencias Químicas en las Universidades de REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Noviembre 2018 889


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