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Internet y tecnologías de la información REDES SOCIALES REDES SOCIALES Y COMUNICACIÓN CORPORATIVA El uso de las redes sociales (RR. SS.) en España ha mantenido una tendencia creciente durante los últi‑mos años. Los programas de mensa‑jería como WhatsApp alcanzan cotas de uso superiores al 90 %, las redes de microblogging como Twitter pro‑vocan oleadas de información que fuerzan a compañías privadas e insti‑tuciones a emitir comunicados, des‑mentidos o a contrarrestar acciones de desinformación. Las redes representan un dominio en el cual se mantiene una guerra de información continua de forma pa‑ralela a unas comunicaciones perso‑nales y actividades económicas. Las RR. SS. son una herramienta de comu‑nicación con muchas características comunes a otros medios y sus propias peculiaridades. Como todas las herramientas, no son ni buenas ni malas, ni están a favor ni en contra de nada, ni representan un peligro o una ventaja en sí mismas, sino a través del uso que de ellas se haga. Hay que recordar a MacLuhan, que en 1964 publicó su estudio más in‑fluyente:  Understanding Media: The Extensions of Man. La frase por la que es más conocido, «El medio es el men‑saje », es el título del primer capítu‑lo de este estudio, y más de cincuenta años después sigue vigente. Ahora las redes sociales son exten‑siones del hombre contemporáneo –y por tanto una forma de llegar a él– que le permiten expresarse y también traba‑jar. Las empresas las han visto como un medio de publicidad, pero eso desafía a MacLuhan: muchas compañías usan las redes como los anuncios de la radio. Roberto Plá Coronel del Ejército del Aire http://robertopla.net/ Las grandes corporaciones e ins‑tituciones han visto las RR. SS. más como una amenaza que como una he‑rramienta. Resultan preocupantes las posibles fugas de información, las in‑discreciones en palabras o imágenes, el desvelamiento de la intimidad de la organización, lo que sería el equiva‑lente a la perdida de intimidad para las personas. En la actualidad, las organizaciones no piden a sus miembros que escriban con una bonita caligrafía inglesa y con plumilla y tintero, les proporcionan un programa de correo electrónico. Pero también se usan redes corporativas, redes privadas de telefonía y otros medios reducidos al ámbito de la or‑ganización. ¿Pueden las redes socia‑les añadirse a esta serie de recursos acordes a la sociedad actual? Los prin‑cipales inconvenientes serían dos: la estanqueidad y la discreción. Que lo que se diga en casa, se quede en casa. El uso de servidores propios y apli‑caciones no conectadas con sus homó‑logas públicas podría ser una solución en algunos casos. Telegram, aunque es RREEVVIISSTTAA DDEE AAEERROONNÁÁUUTTIICCAA YY AASSTTRROONNÁÁUUTTIICCAA // NNoovviieemmbbrree 22001188 893


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