Cuento de Navidad El avión de papel Como tantos otros niños Yago vivía más cerca de su mundo virtual que del real. Jugar con el ordenador era su principal afición y frente a la pantalla las horas se convertían en minutos mientras a su alrededor el mundo real le pasaba inadvertido. Sus juegos preferidos, quizás por ser hijo de piloto, eran todos los relacionados con aviones: batallas aéreas, acrobacias, carreras, persecuciones, etc. Y en todas ellas, Yago solía demostrar un extraordinario don para ganar. A sus compañeros de colegio les encantaba verlo enfrentarse a la máquina en partidas de niveles tan elevados que Miguel González Molina Capitán del Ejército del Aire solo con una gran cantidad de reflejos y destreza un jugador podría ganar. Ese era su caso. A sus 10 años ya había dado el siguiente paso, ahora también era capaz de subir a cualquier simulador aeronáutico y cumplir a la perfección la misión encomendada como si de un piloto real se tratara. La terminología, los aspectos técnicos de los vuelos, las rutas más frecuentes, las autorizaciones de la torre para despegar o la forma de descifrar un informe meteorológico no eran difíciles para el niño. Gracias su red de vuelo virtual, se había familiarizado con todo ello y Yago pensaba que volar ya no tenía ningún secreto. Cansado de oír hablar a su padre de la magia de volar y de sus apasionantes aventuras, una mañana se decidió a preguntar a su padre. —¡Papá, papá!.. ¿Qué es eso que siempre me has dicho sobre la magia de volar? —Es lo más importante de volar, hijo, sin ello volar no tiene sentido, no serás un piloto –dijo su padre en tono explicativo. Yago había pasado innumerables horas en sus vuelos virtuales y nunca había sentido esa magia de la que su padre le hablaba. Eso le preocupaba mucho, quería ser un gran piloto y si era algo tan importante debía 976 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Diciembre 2018
RAA_879
To see the actual publication please follow the link above