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elecciones que sin ser democráticas
sí merecen ser observadas y analizadas.
Y ello porque todo proceso político
donde se utiliza la propaganda y
se ejercen la influencia y la coacción
tiene su interés en país tan aislado,
por sometido a sanciones varias por
Occidente, y tan particular.
La manifestación de compromiso colectivo
mostrado en las calles de Teherán
y de otras grandes ciudades
iraníes para homenajear al general
Suleimani —y a otros cuadros shiíes
caídos en la misma operación con un
dron estadounidense como fue Abu
Mahdi Al Muhandis, líder del grupo
iraquí Kataib— reflejó ese apoyo firme
al régimen. Y la celebración pocas semanas
después, el pasado 21 de febrero,
de unas elecciones generales
sin duda amañadas desde una perspectiva
occidental, para cubrir los escaños
del Parlamento, el Majlis, también
reflejan no solo la capacidad del
poder clerical de controlar a su población
sino el acomodamiento en buena
medida de esta —y sobre todo de
las redes clientelares presentes en el
campo y en poblaciones pequeñas—
a las reglas del juego.
Todo es distinto en Irán y de ahí la necesidad
de no caer en ilusiones como
hacen quienes quieren ver tensiones
entre obstruccionistas y reformistas
y debate entre aperturistas y tradicionalistas,
vislumbrando incluso atisbos
de democracia. Nada más lejos de la
realidad en un país donde el Consejo
de Vigilancia, directamente controlado
por el Líder Supremo, decide quién
puede ser candidato. Estos deben
además, una vez son designados para
ser candidatos, firmar un compromiso
de fidelidad al Gran Ayatollah, al
islam y al Shiísmo, y eso en un país
con minorías varias (kurdos, azeríes,
árabes) y donde incluso hay una judía
tan estrambótica en su visión del
judaísmo que es hostil a la existencia
de Israel y por ello el régimen le da visibilidad
cuando le conviene. El resto
de los judíos iraníes abandonaron Irán
cuando el ambiente social y político se
hizo hostil para ellos.
Más de la mitad de quienes se presentaron
como potenciales candidatos
para ser elegidos por los votantes fueron
rechazados por inapropiados por
el Consejo de Vigilancia, incluyendo
algunos que eran diputados del Majlis
saliente y que aspiraban a renovar
su mandato. Una vez blindada la lista
tocó realizar el acto, ficticio, de ejercicio
democrático. Aquí intervino de
nuevo Alí Jamenei, exigiendo el cierre
de filas de todo iraní con su régimen
invocando la figura del mártir más reciente,
el general Suleimani, para demostrarle
al mundo exterior que Irán
no se doblega2.
Independientemente de que el régimen
no haya podido esconder una
evidencia, la de la escasa afluencia
a las urnas de los potenciales votantes,
ello poco importa. Lo realmente
relevante es que en el nuevo Majlis
han entrado los más fieles entre los
fieles al régimen, incluidos antiguos
cuadros de los Pasdarán como Baker
Kalibaj. Este es considerado el padre
del programa balístico iraní, un héroe
nacional como en el vecino Paquistán
lo fue el famoso y polémico
Doctor Khan, el padre del programa
nuclear paquistaní. El exitoso lanzamiento
por los Pasdarán y su puesta
en órbita del satélite militar «Nur I»,
el 22 de abril, ha sido el reflejo orgulloso
de la vigencia del régimen y de
su imparable resistencia, en paralelo
al hostigamiento a unidades navales
estadounidenses en el Golfo3.
La imagen que Irán pugna por transmitir,
la de un país firme con un régimen
sin fisuras, plantando cara a sus
poderosos enemigos y apostando
por una política de seguridad proactiva
basada en la innovación y la capacidad
de saturar las angostas aguas
del Golfo Pérsico, era diseminada con
ahínco por sus medios de propaganda
mostrando a líderes militares que
estarían ahí para cubrir el vacío dejado
por el general Suleimani: desde el
general Hussein Salami, Comandante
en Jefe de los Pasdarán, hasta el
contralmirante Alí Reza Tangsiri, jefe
de la Marina de la Guardia Revolucionaria4.
Finalizado por el autor el 3 de
mayo de 2020.
NOTAS
1. «El Daesh golpea Kabul y recuerda
que los talibanes no son la única
amenaza». Diario de Navarra; 7 de
marzo de 2020, p. 7.
2. Martorell, Manuel: «La militarización
del Parlamento iraní». Diario
de Navarra; 5 de marzo de 2020, p.
13.
3. «Iran’s Revolutionary Guards “successfully
launch military satellite”».
BBC News; 22 de abril de 2020.
4. «Patrulleras iraníes hostigan a un
grupo naval estadounidense en
el Golfo Pérsico». La Vanguardia;
16 de abril de 2020.■