entrevista
las Fuerzas Armadas y la prospectiva a
medio y largo plazo.
También hay que destacar la creación
de la Sección de Gestión de la
Información y del Conocimiento. Su
principal cometido es el de impulsar y
controlar la gestión por procesos como
base de la organización, en el marco de
la transformación digital de las Fuerzas
Armadas y del Ministerio de Defensa.
—¿En qué fase se encuentra el planeamiento
de la Defensa?
—En este momento se está comenzando
un nuevo ciclo. La Directiva de
Defensa Nacional del pasado junio y la
Directiva de Política de Defensa firmada
por la ministra de Defensa en agosto,
se han convertido en las referencias
para el nuevo ciclo de planeamiento de
la Defensa. Durante 2021 y 2022 se
elaborarán los diferentes documentos
que lo jalonan, hasta
culminar el proceso
con el Objetivo
de Capacidades Militares
de 2022, que
marcará las pautas
de evolución de las
Fuerzas Armadas
en el largo y medio
plazo (2023-2028).
En el ámbito del
planeamiento militar
estamos elaborando
el Concepto
de Empleo de las
Fuerzas Armadas,
que está previsto
que se publique el
próximo mes de febrero.
Además de
«Las pandemias,
como toda crisis,
requieren de
la contribución
del conjunto
del Estado y,
por lo tanto,
de las Fuerzas
Armadas»
referencias propiamente nacionales,
tomamos como guía lo que está sucediendo
en el ámbito de la Unión Europea
y la OTAN. La Estrategia Global
de la Unión Europea, publicada en
junio de 2016, y las iniciativas derivadas
de ella, como la Cooperación Permanente
Estructurada (PESCO) y el
Fondo Europeo de Defensa (EDF),
conforman un nuevo contexto a nivel
comunitario donde hay un interés renovado
por fomentar lo cooperación
en materia de defensa. Por otra parte,
de nuestros compromisos con las principales
organizaciones de seguridad y
defensa a las que pertenecemos y, en
este caso, de nuestra pertenencia a la
OTAN, se deducen las exigencias más
demandantes en términos de capacidad
militar.
—¿Cuál es el objetivo final de este
planeamiento?
—De lo que se trata, en definitiva, es
de diseñar una Fuerzas Armadas equilibradas,
viables y sostenibles, capaces de
hacer frente a las situaciones de inestabilidad
en un entorno mundial cada vez
más volátil, incierto, complejo y ambiguo.
—¿Cómo se pueden hacer previsiones
ante un escenario tan inconstante?
—Es verdad que la elevada incertidumbre
hace que resulte particularmente
complejo elaborar previsiones
a medio y largo plazo. Este es, a día
de hoy, uno de los mayores retos al
que tenemos que enfrentarnos.
Desde el
EMACON tenemos
que ser flexibles dado
que el planeamiento
es permanente y dinámico,
teniendo en
cuenta los diferentes
retos y amenazas a los
que tendremos que
enfrentarnos y prever
una alternativa factible
en cada situación
y en cada momento,
con los medios disponibles.
En este ciclo
en particular, por los
condicionantes de la
situación actual, se
trata de diseñar una
Fuerza Conjunta eficaz, sostenible en
el tiempo y capaz de enfrentarse a los
retos de un escenario estratégico incierto
y en continua evolución.
—¿Cómo definiría el nuevo escenario
de seguridad?
—Está marcado por la profusión
de amenazas híbridas que se materializarán,
ente otras acciones, mediante
ciberataques y desinformación. Una
circunstancia que pone de relieve la
importancia creciente de los ámbitos
ciberespacial y cognitivo y, por lo tanto,
la necesidad de potenciar las aptitudes
y procedimientos de los medios y
fuerzas que operan en los mismos.
Aparecen, además, nuevos retos,
como las pandemias que, como toda crisis,
requieren de la contribución del conjunto
del Estado y, por lo tanto, de las
Fuerzas Armadas, cuya actuación debe
estar plenamente integrada en el Sistema
de Seguridad Nacional.
Todo ello nos obliga no solo a reexaminar
nuestras prioridades, sino a aprender
a manejarnos en la denominada «zona
gris», de naturaleza difusa, a mitad de camino
entre la paz y el conflicto, y en un
entorno en el que cobrarán especial relevancia
las estrategias de influencia para
conseguir la superioridad en el ya mencionado
ámbito cognitivo. No debemos
olvidar, en cualquier caso, la necesaria
disponibilidad de medios convencionales
que nos permitirán garantizar una adecuada
capacidad de disuasión y de respuesta
en caso necesario.
16 Revista Española de Defensa Diciembre 2020