El sistema, compuesto por cinco aeronaves, opera desde la
base aérea de Sigonella, en Sicilia
operar el radar del avión no tripulado,
pero también tienen otros cometidos
en las diferentes Secciones de la unidad.
«Piloto y operador constituyen
un equipo indisoluble que tiene que
estar perfectamente coordinado y sincronizado
para el éxito de la misión»,
señala el sargento del Ejército del
Aire Manuel Campanario, operador
de sensor. Añade que la conversación
entre los dos en cabina es continua, especialmente
en la fase de recolección
de datos. «Cada viraje, cada cambio
EMAD
unas prestaciones muy avanzadas en
términos de alcance y permanencia en
el aire y está equipada con un potente
sensor radar que le permite obtener
una ingente cantidad de datos con una
calidad excelente. El 12 de noviembre,
la Fuerza recibió en su base Sigonella
(Sicilia) la quinta y última aeronave, lo
que representa un nuevo hito en el programa
aliado.
De hecho, la importancia de la Fuerza
de Vigilancia del Terreno AGS radica,
precisamente, en que se constituye
en una capacidad orgánica de la Alianza
Atlántica en materia ISR (acrónimo
inglés de Inteligencia, Vigilancia y
Reconocimiento), puesto que, hasta su
constitución, la OTAN dependía en esta
materia de la voluntariedad de los países
miembros para aportar medios de
recolección y compartir sus informes de
Inteligencia. El sistema AGS complementa
así al Sistema de Control y Alerta
AWACS, encargado de vigilar y controlar
el movimiento en el espacio aéreo.
Además, el sistema AGS proporciona
a la Alianza —y a los países miembros
que lo requieran— una gran versatilidad
de misiones. Por sus características
y diseño, puede permanecer en vuelo
durante largos periodos de tiempo, observando
y vigilando los movimientos
en el terreno, y tiene la flexibilidad de
poder desplazarse fácilmente de una
zona a otra, según se requiera en cada
momento. Todo ello, unido a la capacidad
de análisis de la información en
tiempo real, le confiere a esta Fuerza la
capacidad de actuar en apoyo a todos
los niveles de decisión, ya sea estratégico,
operacional o táctico. Asimismo,
puede ser empleado tanto en operaciones
militares como en apoyo de crisis,
situaciones de emergencia o catástrofes
naturales.
ESCUADRÓN DE VUELO
La Fuerza AGS, además de ser una
unidad combinada —con miembros de
diferentes naciones—, tiene carácter
conjunto, es decir, está compuesta por
militares de los tres Ejércitos. En el caso
de España, de los 20 militares desplegados
en Sigonella, 17 son del Ejército
del Aire, dos de la Armada y uno del
Ejército de Tierra, distribuidos en las
principales áreas de la Fuerza: vuelo,
comunicaciones, ISR, capacidad expedicionaria
y sostenimiento.
El denominado Escuadrón de Vuelo
(FLS, por sus siglas en inglés) no solo
está formado por pilotos, sino también
por operadores de sensor. La plantilla
española está compuesta por cuatro
pilotos —tres del Ejército del Aire y
El comandante Álvaro García (piloto) y el sargento Manuel Campanario (operador de
sensor) constituyen un equipo perfectamente coordinado para el éxito de la misión.
uno de la Armada— y dos operadores,
ambos del Ejército del Aire. «Nos
mantenemos preparamos para operar el
RQ-4D Phoenix con el nivel adecuado en
cualquiera de las misiones que se encomienden
a la unidad», señala el comandante
Álvaro García, piloto de caza del
Ejército del Aire y uno de los pilotos del
FLS. Además, tiene otros cometidos relacionados
con las diferentes Secciones
de la Fuerza, como seguridad de vuelo,
tácticas o instrucción.
Por su parte, los operadores de sensor
tienen como misión principal la de
en los parámetros de vuelo debe ser
comunicado por el piloto al operador
para que este pueda hacer los cálculos
y operar el radar convenientemente;
y, al contrario, el operador de sensor
debe coordinar con el piloto cuál es el
plan de recolección para que este último
pueda optimizar la ruta del avión»,
explica el sargento.
Para desarrollar sus misiones, tanto
pilotos como operadores de sensor
deben alcanzar la calificación de Mission
Ready, que se obtiene tras superar,
en la propia unidad y en un plazo
Diciembre 2020 Revista Española de Defensa 37