dossier Si nos referimos a un satélite operativo, nuestra necesidad de información va mas allá de la mera catalogación para conocer sus datos orbitales con objeto de prevenir colisiones. Debemos realizar una caracterización completa que nos indique el país al que pertenece el satélite, su operador, el tipo de servicio que presta (comunicaciones, inteligencia, navegación, etc.), sus capacidades, segmentos terrestres y todo aquello que permita al mando valorar la posible influencia en las operaciones propias. Esa tarea de caracterización, junto a la de proporcionar al mando militar el conocimiento de la situación espacial en relación con las operaciones, constituye el núcleo de la actividad de la parte militar del servicio SST. Además, proporciona la seguridad del conjunto de las instalaciones tanto de una parte de los sensores como del centro de operaciones y de las comunicaciones entre ellos. Este último aspecto es el primero a tener en cuenta para proteger nuestras capacidades, puesto que un sistema basado en satélites no solo es vulnerable en su segmento espacial, sino que puede ser anulado o al menos degradado, actuando contra su segmento terreno, bien sea cinéticamente o a través del ciberespacio. SSA COMO ACTIVIDAD MILITAR A lo largo del artículo se ha mencionado la importancia de las capacidades espaciales para el mando de las operaciones militares. Fruto de ello, es necesaria la participación de personal militar en todos los ámbitos de las actividades SSA para, por un lado, complementar al personal civil y proporcionar seguridad a instalaciones y comunicaciones y, al mismo tiempo, enlazar con la cadena de mando para asegurar que el planeamiento y la conducción de las operaciones se hace desde el conocimiento de la influencia que pueden sufrir debido a un cambio en la situación espacial. Pero hay que asumir que la propia importancia de las capacidades espaciales en el desarrollo de las operaciones convierte al ámbito espacial en un entorno de confrontación en sí mismo, puesto que los adversarios intentarán negar nuestro acceso a los servicios que recibimos desde los satélites y nosotros deberemos, por un lado, protegernos de esas acciones y, a la vez, impedir o degradar el beneficio que el enemigo obtiene del uso de sus capacidades espaciales. Como consecuencia de todo ello se ha conformado un ámbito novedoso de operaciones militares que tienen su origen y final en las capacidades espaciales con la finalidad de disponer de un conocimiento de la situación espacial que nos permita garantizar el control del espacio de forma continuada mediante acciones ofensivas y defensivas. Nuestro día a día cada vez depende más de tecnologías que prestan su servicio desde el espacio. En el campo de la seguridad, esta dependencia resulta especialmente intensa, desde las capacidades más operativas como la obtención de inteligencia hasta los apoyos que hoy resultan imprescindibles para operar, como los sistemas de navegación de precisión, las telecomunicaciones o las predicciones meteorológicas. Aurora boreal desde la Estación Espacial Internacional. Los fenómenos de meteorología espacial pueden afectar a nuestras capacidades en órbita y también a las infraestructuras terrestres. (Imagen: ESA) 644 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Septiembre 2018
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