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dossier km de altura y generó un millar de elementos de basura de tamaño superior a los 10 centímetros y varios miles de fragmentos menores. Más de la mitad siguen orbitando nuestro planeta y uno de los restos del Cosmos pasó en 2012 tan cerca de la Estación Espacial Internacional que los astronautas tuvieron que pasar a las naves Soyuz de emergencia en previsión de que fuera necesaria la evacuación a causa de un impacto. En estos momentos hay más de 17.000 objetos de un tamaño superior a 10 cm, entre los que hay satélites operativos, otros En estos momentos hay más de 17.000 objetos de un tamaño superior a 10 cm, entre los que hay satélites operativos, otros que dejaron de serlo, restos de lanzadores, piezas desprendidas y hasta guantes de astronauta perdidos que dejaron de serlo, restos de lanzadores, piezas desprendidas y hasta guantes de astronauta perdidos. El número de restos mayores de 1 cm podría superar los 750.000. Hasta un centenar de ventanas de las lanzaderas espaciales tuvieron que ser sustituidas por impactos menores y es difícil estimar cuantas averías de satélites se han producido por esa causa. La búsqueda y catalogación de los restos de basura espacial se ha convertido en una necesidad para todos los países y agencias espaciales, así como un servicio imprescindible para que los operadores de satélites puedan evitar colisiones. En estos momentos se produce un promedio de un desvío de satélite cada semana forzado por la posibilidad de colisión. Un servicio SST como el de nuestro país incluye una red de sensores, un centro de operaciones de vigilancia y seguimiento y los enlaces necesarios para unir todos los elementos entre sí y conectarlos con otros servicios de países amigos. Para completar la eficacia de una actividad que es obligatoriamente de dimensiones planetarias, existen acuerdos y convenios de colaboración para intercambiar información y hacer llegar las alertas a todos los interesados, especialmente los operadores de satélites, los lanzadores y las autoridades. El trabajo de un centro de operaciones SST comienza por la detección de un objeto, a continuación comprueba si ya está catalogado o es uno nuevo, en cuyo caso hay que calcular sus datos. Con toda esa información hay que mantener un seguimiento continuo de todo el catálogo para hacer predicciones buscando las posibles colisiones o reentradas en la atmósfera que puedan tener consecuencias en tierra o afectar a la navegación aérea. En este caso, deben poner en marcha los procedimientos para alertar a los operadores de los satélites y las autoridades. También tienen que difundir la información relativa a fragmentaciones que detecten y a los lanzamientos de satélites de su país para que el resto de servicios tengan conocimiento y puedan hacer los oportunos seguimientos y catalogar los restos que todo lanzamiento genera. La descripción anterior de las actividades de un centro SST no es, lógicamente, exhaustiva, y solo pretende aproximarse a la complejidad y trascendencia que tiene el funcionamiento de estos organismos. Desde el punto de vista militar, conocer las posibles alteraciones en el funcionamiento de los sistemas espaciales ya se ha destacado anteriormente, pero en el caso del SST encontramos implicaciones adicionales. Imagen: ESA REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Septiembre 2018 643


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