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REVISTA DE AERONAUTICA Y ASTRONAUTICA 845

SR-71, un excepcional aparato que voló por última vez en 1999 y que, con su característico diseño y color negro, era capaz de volar a Mach 3 y 85.000 pies de altura, mucho más rápido y alto que cualquier adversario. El SR-72 se prevé como un avión no tripulado y dotado con misiles hipersónicos, dos características que lo hacen casi inmune al enemigo y le permiten penetrar en cualquier espacio aéreo denegado y atacar en casi cualquier ubicación en apenas minutos. Otra diferencia con el “Blackbird” es que no necesitará ser furtivo ya que, tal como aseguran en Lockheed Martin, “la velocidad es el nuevo sigilo”. Otro supersónico es el X-51 “Waverider”, un novedoso vehículo no tripulado que puede viajar a velocidades de hasta Mach 7 a 50.000 pies cargado de sensores, equipos o armamento. El programa para su construcción está en manos de un consorcio formado por la USAF, DARPA, NASA, Boeing y Pratt & Whitney Rocketdyne y sus vuelos de prueba están «En 2016, diez años después de su primer vuelo, la USAF contará con su primer escuadrón de F-35A con capacidad sirviendo para aplicaciones prácticas de vuelo hipersónico, tecnologías de misiles, reconocimiento, transporte y una toma de aire para la primera etapa de un sistema espacial. Por encima de todos ellos vuela otro aparato no tripulado, el pequeño X-37B en su cuarta misión espacial. Puesto en órbita desde Cabo Cañaveral por un cohete Atlas V, este misterioso aparato de la Fuerza Aérea de Estados Unidos orbitará la Tierra durante un tiempo y unos objetivos difíciles de determinar ya que toda la información relativa al X-37B es reservada. En diciembre de 2010 esta nave espacial, parecida en su diseño a un transbordador aunque bastante más pequeña, completó con éxito su primera misión de prueba al aterrizar sin incidentes en la base de Vandenberg después de más de siete meses de pruebas en el espacio. Hasta la fecha su misión más larga ha sido de 675 días, un récord para un vehículo espacial reutilizable. La Fuerza Aérea estadounidense cuenta con dos X-37B, ambos operativa inicial» construidos por la división Phantom Works de Boeing, y se piensa que pueden ser empleados para probar materiales, tecnologías, como plataforma de espionaje o, incluso, como arma espacial, cuestión que China cree que podría desencadenar una carrera de armamento espacial pero que ha sido negada en repetidas ocasiones desde el Pentágono. Las Fuerzas Armadas estadounidenses han sido, sin duda, las más innovadoras en el siglo pasado. Los avances tecnológicos han permitido a Washington contar con una brecha respecto a sus oponentes y convertir a sus militares en el mayor cuerpo expedicionario, preciso y letal del mundo. En este siglo XXI Washington necesitará mucha clarividencia y acuerdo político, el Pentágono mucha visión y decisiones precisas, y la poderosa industria de Defensa estadounidense lo mejor de su innovación y tecnología, a precios razonables, para que EE.UU. pueda mantener una brecha que recortan a pasos agigantados sus adversarios REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Julio-Agosto 2015 681


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