entrevista a...
rio distinto a la actual centralización. También
hay que reflexionar sobre la eficacia y eficien-cia
que tiene una centralización de programas
«extrema» sin que la DGAM tenga estructura
ni masa crítica para asegurar el éxito.
Por ahora, la Armada y la DIC somos par-te
de la solución.
P.– Almirante, vemos por su currícu-lum
que ha sido el director del programa
de las futuras F-110, ¿en qué nivel de de-sarrollo
se encuentra actualmente el pro-yecto
y para cuándo está prevista acome-ter
su construcción?
R.– Eso se lo tendría que preguntar al
actual Jefe de Programa, al ser de su com-petencia,
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pero desde mi posición de ADIC
siendo mi Dirección un órgano que depende
funcionalmente de la DGAM puedo decir que
el programa avanza satisfactoriamente pese
a los grandes retos que tiene por delante. En
términos del concepto de barco, el proyecto
que dejé yo hace casi dos años y medio no
ha cambiado, por lo que se puede decir que
el trabajo previo en la fase de definición fue
muy satisfactorio.
La construcción de los buques está pre-cedida
de una fase muy importante de inge-niería
funcional e ingeniería de detalle que
es requisito imprescindible para asegurar la
producción y en definitiva, el éxito del pro-grama.
Además, Navantia va a aprovechar el
programa «F-110» para «digitalizar» la pro-ducción
a través de una nueva infraestructu-ra
de soporte, nuevos talleres y sobre todo
centros de excelencia dedicados a explotar
los aspectos de la tecnología que serán ne-cesarios
en los actuales y futuros programas.
P.– Uno de los grandes problemas que
padecemos actualmente en la Armada
es la falta de unidades submarinas que
mantengan esta Fuerza Naval en sus mí-nimos
indispensables, lo que ahora pa-rece
que vaya a solucionarse con la cons-trucción
de la nueva serie de submarinos
S-80. ¿Cómo prevé que vaya a influir a
este proyecto la crisis económica en la
que estamos inmersos tras la pandemia
del COVID-19?
R.– El programa «S-80» es fundamental
para la Armada y supone un reto enorme
para la Industria. Nosotros desde la DIC par-ticipamos
colaborando en aspectos operati-vos
y de ingeniería, así como todo lo relacio-nado
con safety y certificación. La Armada
tiene una enorme cantidad de recursos hu-manos
dedicados al programa a través de la
JICOCART, Grupo S-80, y demás órganos re-presentados
en la Comisión de Seguimiento
del Ciclo de Vida que lidera la DIC.
En términos programáticos se asume
un pequeño retraso por el COVID-19 que
no creo que afecte al año de entrega del
S-81.
De todas formas, al igual que toda la in-dustria,
la industria naval se ha visto envuel-ta
en el mismo problema causado por la pan-demia.
No obstante, Navantia, la industria
auxiliar e industria principal están trabajan-do
para minimizar el impacto que en todo
caso se prevé sea muy limitado en términos
programáticos.
P.– Su experiencia en el ámbito docen-te
en la universidad privada Camilo José
Cela, le hace estar muy vinculado a los jó-venes
de hoy y a la formación que reciben.
A su juicio, ¿existen grandes diferencias
en cuanto a la calidad de la formación y
oportunidades de progresión profesional
que se dan en uno y otro ámbito, el civil y
el militar?
R.– Yo he participado en aspectos do-centes
en varias universidades: en la Uni-versidad
Carlos III de Madrid (UC3M), de la
que soy doctor en telecomunicaciones; en la
Universidad Politécnica de Madrid (UPM),
que es donde tengo mi título de ingeniero y
participando en másteres específicos como
profesor; en la Universidad Complutense
de Madrid (UCM) como profesor del Máster
de Logística, que ahora se ha convertido en
segunda trayectoria; y en la Universidad Ca-milo
José Cela (UCJC) impartiendo unos con-tenidos
de soporte logístico integrado en la
modalidad on-line.
En todos los casos, mi visión de la juven-tud
es extremadamente positiva y veo con
gran pena que muchos de ellos se tengan
que ir a trabajar fuera de España con una
extraordinaria formación, pero con pocas