03 Editorial

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Editorial El Ejército del Aire cumpliendo su misión en un mundo incierto omenzamos el año 2019 y lo hacemos mirando al futuro, iniciando con este una serie de editoriales que reflejan el rumbo al que vira C el Ejército del Aire para enfrentarse a los retos que tiene por delante. En el primero reflexionamos acerca de la misión que el EA ve en su horizonte, para continuar en los próximos meses tratando los aspectos de personal, medios y organización. Para analizar la misión es preciso entender el entorno en el que se va a desarrollar y los actores que van a influir en su ejecución. A este respecto, la mayoría de estudios sobre los escenarios estratégicos del futuro llegan a las mismas conclusiones: por un lado se mantendrán los aliados tradicionales mientras, por otro, diversos estados continuarán retando el orden internacional establecido, cada uno con sus formas de acción particulares. Al mismo tiempo, proliferarán los actores no estatales –entre ellos, las organizaciones violentas extremistas–, que seguirán aprovechando las oportunidades que les brinda la hiperconexión, el solape entre los dominios tradicionales o el acceso a tecnologías de doble uso civil-militar, medios que hasta hace poco tiempo se encontraban únicamente al alcance de los estados. La tecnología y la globalización van a encoger el planeta de tal forma que ya no podrán obviarse algunas amenazas por el simple hecho de estar lejos de nuestras fronteras físicas, o por no tener relación social o histórica con nuestra forma de entender el mundo. Nuestro país ha evolucionado, como se refleja en la reciente doctrina básica aeroespacial del EA, hacia un concepto de seguridad integral entendida como servicio público al que contribuyen todos los organismos del Estado: la denominada Seguridad Nacional, con sus componentes de Seguridad Pública, Acción Exterior y Defensa Nacional. as misiones que la Ley Orgánica 5/2005 asigna a las Fuerzas Armadas han mantenido su validez con el paso del tiempo, siendo además lo L suficientemente genéricas como para garantizar su relevancia futura. Aquellas que están en el ámbito de la Defensa Nacional constituyen la razón de ser del EA, y no pueden delegarse ni externalizarse. Dentro de ellas, la vigilancia y la defensa del espacio aéreo nacional conforman el núcleo de nuestra contribución a la seguridad de los españoles. El permanente esfuerzo de modernización en el que está empeñado el Ejército del Aire debe permitirle dotarse de medios y personal para avanzar en la consolidación de su misión de vigilancia espacial, así como en la defensa antimisil, necesaria para mantenerse en la punta de lanza de la defensa de nuestro espacio aéreo de soberanía. Además, existen otras misiones que el EA lleva a cabo de manera permanente, que inciden directamente en la defensa y en las que debemos esforzarnos por crecer, como son la contribución a la capacidad conjunta de Ciberdefensa y las misiones de obtención de inteligencia. Estas últimas van a requerir de grandes inversiones en recursos y formación que permitan al EA aprovechar las características de los medios aeroespaciales, su velocidad y sus posibilidades de alcanzar prácticamente cualquier objetivo para generar inteligencia de forma rápida y global, como contribución a la capacidad conjunta de Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento. n el futuro, deberemos seguir respondiendo ante las crisis, previstas o imprevistas, aportando aquellas otras capacidades que hacen E imprescindible el poder aeroespacial en los ámbitos conjuntos y combinados. Los entornos descritos nos obligarán a disponer de medios diseñados para asegurar el acceso a la información, la supervivencia de nuestros sistemas y el control del ciberespacio y del espectro electromagnético. Todo ello sin perder de vista la profunda revolución tecnológica que sigue su curso en áreas como la automatización o la inteligencia artificial, que exigirá al EA mantener un continuo proceso de transformación junto con una elevada inversión en recursos que garantice su superioridad tecnológica. En suma, una misión compleja para un mundo en evolución, ante el cual los aviadores deberemos ajustar una vez más, si cabe, nuestra mentalidad, listos para dar la respuesta adecuada. REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Enero-Febrero 2019 3


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