aniversario TACP Ataque en Mostar En el terreno entonces las condiciones de vida no eran fáciles, nuestros vehículos no eran aptos para el teatro de operaciones, no solo por los problemas antes mencionados de comunicaciones, sino por carencia de blindaje. Teníamos que trasladar asiduamente todos los equipos a un BMR inicialmente «de prestado », incluida la llamada «catalítica» hasta que en destacamentos posteriores se asignaron de forma fija y adaptados BMR a los TACP. El TACP de Drachevo/ Mostar como hábitat estaba en un contenedor en Drachevo y el resto en un BMR aparcado próximo al Cuartel General del IV Cuerpo del BiH (barrio musulmán de Mostar) Medalla otorgada por la participacion en la misión allí sufrimos un ataque de mortero donde se vieron involucrados dos de los componentes del TACP, gracias a los chalecos anti-fragmentos solo uno resulto herido leve, suerte que desgraciadamente no corrió un legionario de la tripulación del BMR que resultó con heridas muy graves. El destacamento de Jablanica estaba instalado a la intemperie bajo la escalera de las gradas del campo de futbol. Lo que entonces era el «máximo» para proteger todos los equipos del TACP. Se suponía que el hormigón de la escalera proporcionaba protección y por ello, caso de bombardeo, no era necesario entrar en los refugios excavados en el suelo. No obstante, este alojamiento no estaba exento de frio, calor y también goteras, pero es lo que había. Nuestra labor, aunque desconocida o ignorada en un principio fue importantísima. A nivel OTAN fuimos una pieza fundamental para el establecimiento de toda una red que apoyara la utilización posterior del poder aéreo. Nuestro indicativo de Bullfighters, adquiría día a día más renombre y pasó a ser un orgullo del destacamento. Al estar destacados en el sur del teatro, donde la meteorología era mejor y por nuestro conocimiento de la operación nos llevó a ser los TACPs que mayor número de conducciones realizábamos. Lo que nos permitía localizar todos los objetivos considerados amenazas para nuestras fuerzas y llegado el caso poder actuar con máxima precisión. Aquellos que en un principio no entendía nuestro papel fueron poco a poco entendiéndolo. Finalmente, en algún momento difícil, que los hubo, nos pidieron presencia aérea. Y solo ella y alguna pasada a baja cota y el simple lanzamiento de bengalas consiguieron devolver las aguas a su cauce. 58 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Enero-Febrero 2019
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