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destacamento Orión LA RESPUESTA INTERNACIONAL La comunidad internacional empieza a preocuparse seriamente a partir del año 2005 porque, hasta ese año, los ataques ocurridos cerca de la costa de Somalia eran protagonizados, principalmente, por pescadores locales que buscaban defender sus recursos de la acción de pesqueros extranjeros que practicaban la pesca ilegal, incontrolada e irregular1. El riesgo para la economía mundial era claro. Además de los intereses particulares de algunas naciones de explotar los recursos pesqueros de la zona, por el golfo de Adén circulan petroleros que transportan diariamente más de tres millones de barriles de petróleo. Unos 20 000 barcos transitan anualmente el mar Rojo y el golfo de Adén, pasos obligados de las principales rutas comerciales entre Asia y Europa. Alterar este flujo podría suponer un riesgo para la economía mundial. La piratería somalí también amenazaba el reparto de ayuda humanitaria del Programa Mundial de Alimentos de la ONU. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se vio obligado a adoptar una serie de resoluciones de las cuales, en los cuatro años de mayor incidencia de la piratería (2008-2011), se emitieron diez directamente relacionadas con la piratería en las aguas cercanas a la costa de Somalia2. Estas resoluciones impulsaron las medidas de otras instituciones, organizaciones y Estados, que además encontraron en esas resoluciones la base de legitimidad de sus actuaciones3. En el caso concreto de la UE, se acogió a las resoluciones 1814, 1816 y 1838 de 2008 para justificar la creación de una operación militar marítima para contribuir a la disuasión, prevención y represión de los actos de piratería y robo a mano armada en aguas de Somalia y en la zona adyacente. Fue esta última, la 1838, la que permitió arrancar el proceso de planeamiento de una operación naval de la UE, urgiendo a los Estados con capacidad para ello a cooperar con el Gobierno de transición de Somalia en la lucha contra la piratería y a proteger a los convoyes marítimos del Programa Mundial de Alimentos (WFP). El 8 de diciembre de 2008, la UE lanzó la operación ATALANTA. LA RESPUESTA ESPAÑOLA En 2008 hubo 134 ataques y 40 secuestros de navíos, entre ellos el del pesquero español Playa de Bakio en abril, lo que puso de manifiesto que la piratería era también una amenaza para la actividad de la flota atunera española. La sociedad comenzaba a estar sensibilizada con el problema. Durante la semana que duró el secuestro fue portada en numerosos medios de comunicación e incluso la vicepresidenta del Gobierno convocó una rueda de prensa para informar de los detalles de la liberación y de la actividad diplomática efectuada. 84 REVISTA DE AERONÁUTICA Y ASTRONÁUTICA / Enero-Febrero 2019


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