MISIONES INTERNACIONALES
La Unidad de Cooperación Cívico-Militar (CIMIC) del Ejército de Tierra se ocupó de la identificación y
control de los afganos que iban a ser evacuados.
del Mando Aéreo de Combate (MACOM),
encargado de dirigir los vuelos.
La base aérea de Torrejón, donde en
solo 24 horas la Unidad Militar de Emergencias
(UME) y el personal de la base
montaron un campamento para 800 personas,
se convirtió en el punto de primera
acogida de los recién llegados.
CONTRA RELOJ
«Todas las noches, cuando llegaban los
aviones A400M de Dubái a Kabul, tenían
un margen de solo una hora para introducir
a todo el mundo, había que hacerlo contra
reloj: aterrizar, cargar y salir», explican participantes
en la misión. El primer vuelo llegó
a Madrid en la madrugada del jueves 19,
previa escala en Dubái, con 53 refugiados.
El objetivo de la misión era sacar al mayor
número posible de personas, pero era una
tarea muy complicada. Había que localizar
a los colaboradores españoles y citarlos en
los alrededores del aeródromo. El recinto
estaba bordeado por un canal de aguas
fecales y los accesos se colapsaban con
miles de personas, familias con mayores y
niños, incluidos. Fuera, todo estaba controlado
por los talibanes, que no dudaban
en usar la fuerza contra los que trataban de
acercarse; y dentro solo se podía hacer lo
que permitían las tropas estadounidenses.
Entrar uno a uno era muy difícil, así
que algunos afganos que habían colaborado
con España tomaron la iniciativa de
reunirse en grupos; esgrimían la bandera
española o trapos rojos y gritaban: «¡España!
¡España!». Era la mejor manera de que
nuestros soldados pudieran identificarlos.
Excepcionalmente, un día se consiguió
organizar una salida con autobuses
para recoger gente no solo de España,
sino de varios países. Pero al pasar un
control, los talibanes reprendieron con violencia
a los que huían. Tuvieron miedo y
volvieron a sus casas.
No solo había que sacar a los afganos
que habían tenido relación con España,
sino también a aquellos que corrían un peligro
especial, «como mujeres que se han
significado por los derechos humanos y
por los derechos de la mujer y los niños
(…) cuya situación en un gobierno en manos
de los talibanes sería realmente grave»,
explicaba en rueda de prensa el JEMAD,
Teodoro López Calderón. Los listados de
personas con las que los policías y soldados
españoles trataban de contactar
crecían por días en medio del caos. Se les
citaba con mensajes de móvil en puntos
presuntamente seguros, para evitar el tumulto
hasta puertas habilitadas de entrada
al aeropuerto. Todo deprisa, tratando de
hacer coincidir puntos de encuentro y horarios
con la salida de los vuelos.
La presión crecía a medida que se
acercaba el 31 de agosto, la fecha fijada
para la retirada de las tropas estadounidenses
que controlaban el aeródromo.
La amenaza de un atentado terrorista era
Ejército del Aire
Robles: «Es
una operación
militar con fines
humanitarios y
para salvar vidas»
Los primeros 53 refugiados llegaron a Madrid en la madrugada del 19 de agosto, previa escala en
Dubái, en un vuelo de A400M. El resto llegaría en aviones de Air Europa fletados por Defensa.
Ejército del Aire
10 Revista Española de Defensa Septiembre 2021