Septiembre 2021 Revista Española de Defensa 59
Biblioteca Virtual de Defensa
La vida operativa
de Porlier coincide
de lleno con el
nacimiento de un
nuevo orden en el
mundo
a un papel de segundo orden y muy quebrantada.
Esto sucedió, en gran medida,
porque durante esos años prácticamente
desapareció su Marina, tanto por la
quiebra de la Hacienda, como por la
ineptitud política de los dirigentes.
El limeño fue un marino vocacional
desde niño. Inició su vida profesional
como guardiamarina en Cartagena
(1786) durante la década en la que el
imperio español alcanzó su cenit, pero
es posible que participara ya en la escuadra
del ilustre José de Mazarredo
que negoció la paz con Argel (1785).
UNA MARINA A TODA VELA
Tras el éxito contra Inglaterra en la
Guerra de Independencia de Estados
Unidos (1778-1783), el gobierno de Floridablanca
culminó una bien estructurada
política exterior, basada ante todo en
una Marina fuerte para proteger las comunicaciones
y el dominio de ultramar,
vitales y prioritarios para la Corona.
Aunque estaba por encima de sus recursos,
en los primeros años del reinado
de Carlos IV España llegó a tener la flota
numérica y técnicamente más potente
de toda la centuria (76 navíos y 51 fragatas),
tercera del mundo y en ocasiones
segunda, tras la británica y la francesa.
Además, los navíos «ildefonsinos» de 74
cañones —entre ellos, el San Telmo— serían
considerados como los mejores de
su porte en el mundo.
En sus primeros años ya de oficial,
Porlier viajó a Nápoles y Constantinopla
(actual Estambul), y participó en la
defensa y abandono de la plaza de Orán,
con lo que concluyó la política de Carlos
III para el Mediterráneo musulmán.
También estuvo —al igual que el San
Telmo y a lo largo de 1791— en la escuadra
del marqués del Socorro, destinada
a frenar el intento británico de apropiarse
de la isla Nutka (hoy Canadá),
en la costa norte del Pacífico.
COSTES DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA
Pero el reinado de Carlos IV se vio marcado
desde su inicio por la fuerte perturbación
causada por la Revolución
francesa, que desataría una gran crisis
política, económica y social, y provocó,
sobre todo, la abrupta ruptura de la tradicional
política exterior española ligada,
durante buena parte del s. XVIII, a
una alianza dinástica frente a Inglaterra.
España pasó de una independencia
estratégica a un condicionamiento total,
iniciándose una política vacilante de
alianzas alternativas con París y Londres
a lo largo de cuatro lustros. Un
período en el que los intereses españoles
fueron sistemáticamente relegados por
esos «aliados», deseosos de usar los recursos
hispanos para sus fines y no permitirnos
una sola neutralidad.
La tensión con Francia alcanzó su cenit
con el ajusticiamiento de Luis XVI
en la guillotina (1793), provocando la
Guerra de la Convención, concluida en
1795 y nefasta para las armas españolas.
Ante la amenaza del enorme aparato
militar terrestre galo, el primer ministro
de Carlos IV Godoy se vio obligado a
priorizar al Ejército a costa de la Real
Armada. Durante la contienda, el futuro
brigadier participó en la defensa y evacuación
de la plaza de Rosas (Gerona).
Comenzó entonces el triste espectáculo
de una España débil, que buscó mantenerse
a flote frente a las presiones galas
suscribiendo el Tratado de San Ildefonso
(1796). Sin embargo, este reabrió la
guerra marítima con Gran Bretaña hasta
1802 y que conllevó el bloqueo de las comunicaciones
con América.
En ese período, Porlier participó, por
ejemplo, en la defensa de Cádiz (1797)
contra los ataques del afamado Nelson,
quien tuvo que replegarse ante la decidida
acción de las lanchas cañoneras
de la Armada española. Por otra parte,
pudo conocer a Napoleón en París.
La Paz de Amiens cerró el conflicto.
Godoy buscó la neutralidad, pero Londres
no iba a cejar en su afán de hundir
la Marina y el imperio hispanos y no respetó
la paz. Por sorpresa, atacó una flota
de transporte española. Mujeres y niños
Hoja de servicios del limeño; escena del
Combate de Trafalgar (Á. Mª Correllini
Hernández, Museo Naval de Madrid),
batalla en la que participó al lado de,
entre otros, su mentor Gravina.
Archivo General de la Marina