cada vez mayor y obligaba a los
aliados europeos a cerrar las evacuaciones.
Los temores se confirmaron
el día 26 con un atentado suicida
a las afueras del aeropuerto. El
ataque terrorista dejó 183 muertos,
muchos menores de edad, y
más de 200 heridos. El Pentágono
confirmó la muerte de 13 soldados
estadounidenses, el mayor número
de bajas sufrido por el Ejército
de EEUU desde 2011. La autoría
de la masacre fue reivindicada por
el grupo Estado Islámico de Khorasan
, o ISIS-K, la filial afgana del
MISIONES INTERNACIONALES
Ejército del Aire
Efectivos del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA) protegen
a un grupo de refugiados en el aeropuerto Hamid Karzai, de Kabul.
Daesh, enfrentada a los talibanes.
ÚLTIMOS VUELOS
Para entonces, casi todos los países ya
daban por terminadas sus operaciones de
evacuación en Afganistán. El viernes 27 de
agosto, España cerró la misión con el regreso
de todo el operativo a Madrid. Se había
logrado sacar del país a 2.206 personas.
No pudieron salir todos los que querían hacerlo,
pero se evacuó a todos los que se
pudo. Algunos colaboradores españoles
vivían en Herat o Qala-i-Naw, a 800 kilómetros
de la capital. Eran viajes muy difíciles, y
muchos no pudieron pasar los controles de
los talibanes y llegar a Kabul. En la noche
del 28 agosto, la ministra de Defensa recibía
en la base aérea de Zaragoza a los 55
militares, personal del Ala 31 y del
EADA, que viajaron desde Dubái
en los dos últimos A400M. Margarita
Robles, en declaraciones a
la prensa, les agradeció «la heroica
labor» desarrollada en la evacuación
de ciudadanos afganos
«poniendo en riesgo sus vidas.
(…) Vienen con la satisfacción de
la misión cumplida, pero muchos
de ellos me decían que llegan con
tristeza porque saben que hay
mucha gente que se ha quedado
fuera». Esta ha sido una misión
«muy complicada», en la que han
demostrado «su profesionalidad y
humanidad».
Estados Unidos dio por terminada
su misión en Afganistán la noche
del 30 de agosto, después de que el último
de sus aviones despegase del aeropuerto
de Kabul. Un hecho que ponía fin a la operación
de retorno de las tropas y al proceso
de evacuación de unos 120.000 civiles
de tierras afganas.
Víctor Hernández/Santiago Fdez. del Vado
La UE no puede ser un actor pasivo
Los ministros de Defensa de la Unión Europea analizan la situación en Afganistán
y las lecciones aprendidas para el futuro de las misiones y operaciones
«EUROPA no puede ser un actor pasivo, ni mirar hacia
otro lado, en el futuro de la gente de Afganistán». La
ministra de Defensa, Margarita Robles quiso aprovechar
la primera reunión de ministros de Defensa de la UE
tras los últimos acontecimientos en el país asiático —celebrada
los días 1 y 2 de septiembre en Eslovenia, país que ostenta la
presidencia de turno de la Unión— para manifestar ante sus
homólogos europeos la posición española y la preocupación
por la situación del pueblo afgano. Por ello, insistió en que
«la dura lección aprendida en Afganistán debe ser tenida en
cuenta en todas nuestras otras misiones» y debe servir para
«marcar un antes y un después en la forma en que la Unión
Europea proyecta seguridad».
Asimismo reiteró que «las misiones de estabilización nunca
pueden terminar de manera abrupta. Los delicados equilibrios
que ayudan a crear sufren si los actores externos desaparecemos
de repente». También propuso a los ministros de Defensa
de la UE «retomar en cuanto sea posible las actuaciones necesarias
para facilitar la salida de ese país del resto de familiares
de nuestros colaboradores afganos que no pudieron ser evacuados
y de otras personas particularmente vulnerables, sobre
todo mujeres y niñas, que deseen abandonar Afganistán».
Margarita Robles comenzó su discurso rindiendo «un
sentido homenaje a todos los hombres y mujeres de nuestras
Fuerzas Armadas, a los militares de los demás países, y a
aquellos colaboradores que durante estos 20 años han fallecido
en Afganistán», así como a los 13 soldados estadounidenses
y ciudadanos afganos que perdieron la vida en el atentado
del pasado 26 de agosto en el aeropuerto de Kabul. «No podemos
resignarnos a que sus muertes hayan sido en vano»,
remarcó. La ministra subrayó que «España, como tantos otros
países, ha puesto todos los medios a su alcance para intentar
salvar y evacuar al mayor número de personas», y en este
punto quiso poner en valor el «enorme esfuerzo de las Fuerzas
Armadas españolas que, en una misión de rescate arriesgada y
extremadamente difícil, han conseguido evacuar de Afganistán
a 2.000 personas». Además hemos sido un hub de acogida de
la Unión Europea, de los cooperantes de la OTAN y también de
los de los EEUU. En total, más de 5.000 afganos han entrado
en Occidente por España». Igualmente, señaló que «la Unión
Europea debe fomentar que toda la comunidad internacional
hable con una única voz de vigilancia activa y de presión al
régimen talibán, para limitar todo lo posible el actual escenario
interno de terror y fanatismo» y, al mismo tiempo, «evitar vulneraciones
de derechos humanos», con especial atención y protección,
de las mujeres y niñas. En este mismo sentido, señaló
que «no podemos aceptar que Afganistán vuelva a ser refugio
del terrorismo internacional». La ministra concluyó su intervención
asegurando que «las lecciones aprendidas en Afganistán,
aunque durísimas, deben servirnos para encontrar un camino
mejor y, como ministros de Defensa, tenemos el desafío y la
obligación de liderar ese cambio».
Septiembre 2021 Revista Española de Defensa 13