TEMAS GENERALES
con todos mis respetos hacia quienes opinan lo contrario, es una vuelta al
mundo.
Como expresión de admiración hacia todos ellos y de mínimo reconoci-miento
a unos méritos dignos de mayor recompensa, quiero dejar en estas
páginas una relación escrita en la que aparecen juntos —quizá por primera
vez— los 39 hombres que completaron la vuelta a la Tierra a bordo de la nao
Victoria.
Hombres como el grumete portugués Domingo de Rubillán (o de Cubilla-na),
que se convirtió en circunnavegante solo dos días antes de morir; o el
maestre Hans, un alemán de tierra adentro que años después sería el primer
hombre en rodear la Tierra dos veces; o Vasquito Gallego, que con no más de
12 o 13 años embarcó en la expedición como paje, completó la vuelta al
mundo, quedó preso en Cabo Verde y logró finalmente regresar a España,
cosa que muchos hombres curtidos, entre ellos su propio padre, no pudieron
conseguir.
En cabeza de la lista, como corresponde al Primus circumdedisti me que
luce en su escudo de armas, emerge la poderosa figura de su capitán, Juan
Sebastián Elcano. Sin su brillante y arriesgada decisión de navegar hacia occi-dente
desde las Molucas y sin su firmeza y pericia marinera para gobernar su
barco, la primera vuelta al mundo tendría que haber esperado una ocasión más
propicia. Gloria eterna para todos estos hombres que «con más avaricia de su
honor que de la propia vida», navegando por mares nunca hasta entonces
surcados, sorteando toda clase de peligros, afrontando situaciones extremas y
sufriendo hasta límites difíciles de imaginar fueron capaces de completar una
empresa tan ardua y tan atractiva como fue la primera vuelta al mundo de la
historia.
16 Enero-feb.