editorial
Editorial
FONDO EUROPEO DE DEFENSA
Con la publicación y entrada en vigor el pasado 12 de
mayo de 2021 del Reglamento (UE) 2021/697 del Parla-mento
Europeo y del Consejo, por el que se establece el
Fondo Europeo de Defensa (EDF), se alcanza el hito más
importante del Plan de Acción Europeo de la Defensa, lan-zado
por la Comisión Europea en 2016. Coincidiendo con
el nuevo marco financiero plurianual, se prevé una inver-sión
de 7.953 millones de euros para investigación y desa-rrollo
en defensa entre 2021 y 2027.
Por fin está disponible el instrumento legal para fortalecer
la colaboración transfronteriza entre los Estados miembros
y la cooperación entre sus empresas, aumentando la com-petitividad
y la capacidad de innovación de la industria de
la defensa de la Unión Europea y contribuyendo, al mismo
tiempo, a su autonomía estratégica.
En ese sentido, se prevé que a principios de julio de 2021
se publiquen las convocatorias de propuestas del Pro-grama
de Trabajo de 2021 del EDF, con un presupuesto
aproximado de 930 millones de euros aportado por la
Comisión Europea, del cual se dedicará un tercio a acti-vidades
de investigación y dos tercios a actividades de
desarrollo. Tanto los ministerios de defensa como la base
industrial y tecnológica de la defensa europea esperaban
este momento, que va a suponer un importante incentivo
para iniciar el desarrollo, a través de la cooperación inter-nacional,
de capacidades operativas demandadas por las
fuerzas armadas europeas a medio y largo plazo.
En el ámbito nacional, la Estrategia de Tecnología e Inno-vación
de la defensa 2020, como no podía ser de otra
manera, ya anticipaba que el centro de gravedad de la
cooperación internacional estaría en el EDF y establecía
actuaciones al respecto, en coordinación tanto con el
eje de actividades financiadas nacionalmente, como con
el resto de acciones de cooperación internacional en el
marco de la Agencia Europea de Defensa, de la OTAN o de
programas multilaterales de desarrollo tecnológico.
En la ventana de investigación, se preveía el participar
activamente en la definición de los programas de trabajo
para incluir en ellos las prioridades contenidas en la estra-tegia
en las que hubiera suficiente capacidad tecnológica,
permitiendo así una adecuada participación de la base
tecnológica nacional en los consorcios que opten a las
oportunidades que ofrecerá el fondo.
En la ventana de desarrollo, se apoyaría el lanzamiento de
desarrollos tecnológicos (por encima de TRL 6) prioritarios
en el planeamiento militar y de elevado coste y comple-jidad,
incluyendo el apoyo a programas multilaterales en
marcha o que fomentaran la estandarización e interopera-bilidad
de sistemas a nivel europeo del EDF.
Diferentes entidades del Ministerio de Defensa, y en con-creto
de la DGAM, han estado activamente implicadas en
este proceso desde sus inicios para intentar alcanzar los
objetivos marcados. Por su parte, la participación de la
base industrial y tecnológica nacional en las dos iniciativas
preparatorias del EDF, la Acción Preparatoria de Investiga-ción
en Defensa (PADR, 2017-2019) y el Programa Euro-peo
de Desarrollo Industrial en materia de Defensa (EDIDP,
2019-2020), ha sido muy exitosa hasta el momento, obte-niendo
una amplia colaboración en muchos de los con-sorcios
que han resultado finalmente seleccionados por la
Comisión.
Por ello, es de esperar que se hayan puesto las bases
adecuadas para que España siga siendo un actor muy
importante en el desarrollo colaborativo europeo de las
tecnologías y productos que demandan nuestras fuerzas
armadas, al tiempo que se continúan fortaleciendo las
capacidades tecnológicas de las empresas, centros de
investigación y universidades nacionales de un modo sos-tenido
a lo largo de los siete años de implementación del
EDF.
Boletín de Observación Tecnológica en Defensa n.º 69. Segundo trimestre 2021 3