aeroespaciales desde 1960, como el programa
Mercury de la NASA, con el que
Estados Unidos inició su carrera espacial,
y los siguientes Gemini y Apolo, en
los que también colaboró el instituto.
«Hoy participamos en otras muchas
misiones». Entre ellas, recordó Moratilla,
Cheops de la ESA, para la exploración
de exoplanetas y la Mars 2020 en la que
la aportación principal del Instituto es el
instrumento MEDA, siglas con las que
se conoce el analizador de la dinámica
ambiental en Marte. Moratilla finalizó
su intervención citando dos ejemplos de
los trabajos del Instituto «que demuestran
que la intersección entre espacio y
defensa es altísima». Uno es el proyecto
Galileo, el sistema de posicionamiento
global (GPS) europeo y el otro la misión
Solar Orbiter, también de la ESA, para la
que el INTA ha diseñado, fabricado e integrado
el instrumento SO/PHI y ha elaborado
la óptica del coronógrafo Metis.
«El Centro de Astrobiología es también
un claro ejemplo de interrelación
entre defensa y ciencia», coincidió en
afirmar su director, Víctor Parro. «Aprovechamos
las sinergias que nos brinda
contar con todo el apoyo tecnológico del
INTA y el conocimiento científico del
CSIC, el mayor organismo dedicado a la
investigación en España y uno de los cinco
grandes de Europa». Parro destacó el
carácter multidisciplinar del CAB. «Yo
soy biólogo, pero aquí también trabajan
Pepe Díaz
ingenieros, astrofísicos, geólogos…». En
este sentido, recordó las campañas de
siglos pasados, en las que participaron
«gentes de ciencia como cartógrafos, ingenieros,
historiadores naturales o botánicos
», entre otros muchos profesionales.
Misiones como la anteriormente citada
de Magallanes/Elcano o, quizá, la más
trascendental, la de Darwin, «que nos
hizo cambiar nuestra visión de la vida y
de su evolución en la Tierra».
VIDA EN EL UNIVERSO
La astrobiología también trata de comprender
el origen, el desarrollo y la distribución
de la vida, «pero en el universo»,
matizó el director del CAB. «Y esto, ¿qué
tiene que ver con la Defensa?», se preguntó
a continuación. «Muchísimo», fue
su respuesta. «Van a llegar peligros desde
arriba como el impacto de meteoritos
que pueden provocarnos daños irreparables
». Parro citó los esfuerzos que se están
llevando a cabo para el desarrollo de
tecnología de satélites de detección en el
espacio cercano de este tipo de amenazas.
También se refirió al proyecto HERA
de la ESA —en el que están implicados
científicos del CAB— como contribución
europea a la misión DART de la NASA
que se espera pueda ser lanzada en 2021
para ensayar una técnica de cambio de
dirección de asteroides.
Otro de los frentes en los que trabaja
el Centro de Astrobiología, dependiente
del Ministerio de Defensa a través del
INTA, es el estudio de los microorganismos
que sobreviven en condiciones muy
extremas sometidos, por ejemplo, a fuertes
dosis de radiación. «Entender la vida
en ambientes extremos —añadió— es
crucial porque nos permitirá saber si hay
vida en Marte y qué mecanismos están
utilizando esos microorganismos para
aguantar esas condiciones o conocer si
es perjudicial para los humanos».
INFORMACIÓN A LA SOCIEDAD
«La ciencia y el espacio están perdiendo
la batalla de la opinión pública». Así lo
consideró el último ponente del encuentro
en el INTA, Javier Gregori Roig,
periodista responsable de la información
medioambiental y científica en los Servicios
Informativos de la Cadena Ser.
«Necesitamos más cultura e información
dirigida a la sociedad española que hoy
no valora los avances tecnológicos ni en
el ámbito de la defensa ni en el aeroespacial
». Gregori abogó por reconocer el
trabajo que, por el bien común, llevan a
cabo desde la Estación Espacial Internacional
personas de ambos sexos, de cualquier
credo, nacionalidad y origen étnico,
de una manera constructiva y pacífica.
Es necesario recuperar el tratado de la
ONU sobre el espacio exterior de finales
de los años 60 y el mensaje escrito en la
placa conmemorativa que la tripulación
del Apolo XI dejó en la Luna en recuerdo
del primer alunizaje: «Venimos en son de
paz en nombre de toda la humanidad».
Ese es el mismo espíritu con el que militares
e investigadores civiles han colaborado
a lo largo de la historia, y lo siguen
haciendo hoy en el INTA, y en proyectos
del CSIC y de otras muchas instituciones
científicas españolas en programas espaciales
o en las campañas antárticas.
José Luis Expósito
Los ámbitos
aeroespacial y
de seguridad
centraron las
ponencias
Abril 2020 Revista Española de Defensa 37