entrevista
Comandante Joaquín Núñez,
jefe de la base antártica Gabriel de Castilla
«En este entorno,
CIENCIA Y DEFENSA
se fusionan»
Los militares han desarrollado una labor de apoyo
a los proyectos de investigación científica
JOAQUÍN Núñez Regodón,
cacereño de 41 años, ha sido
el comandante que ha liderado
la trigésimo tercera Campaña
Antártica Española 2019-2020.
En la isla Decepción, los militares de la
base Gabriel de Castilla han desarrollado
una labor de apoyo a los proyectos de
investigación científica que el Ministerio
de Ciencia e Innovación y diversas
universidades financian en el continente
helado.
La crisis mundial provocada por el
COVID-19 les sorprendió en el único
continente limpio de la enfermedad,
sin embargo, provocó el cierre adelantado
de la base. El comandante Núñez
Regodón atendió a esta entrevista poco
antes de embarcar en el Hespérides, aún
con la incertidumbre de si llegarían a
tiempo a Ushuaia para coger un vuelo
de regreso a España.
—¿Cómo están viviendo los últimos
días en la Antártida?
—Están siendo tristemente condicionados
por el coronavirus. Es inminente
el cierre de vuelos entre Argentina y España,
vía de salida de todo el personal
que aún permanece aquí, por lo que se
ha adelantado el cierre de la base una
semana para intentar llegar a tiempo
a Argentina y no quedar aislados. Las
actividades más especiales se han suspendido
ya que el objetivo principal era
hacer un buen cierre de base para que
no surjan problemas a nuestros compañeros
del próximo año.
Hemos desmontado las estaciones
científicas repartidas por la isla, empaquetado
el material que tiene que llevarse
a España para repararse, o que
no puede quedarse aquí por seguridad,
y preparado la base para la invernada
(vaciar canalizaciones para evitar congelaciones
y roturas de tuberías, tapar y
sellar puertas y ventanas, etcétera).
—¿Qué sentimientos le produce saber
que la aventura antártica ha tocado
a su fin?
—Estos últimos días he intentado disfrutar
de cada jornada, de cada momento
en la Antártida, del paisaje, de la fauna,
de la sensación de saberme y sentirme
especial por tener esta oportunidad y
por ser consciente de que el trabajo que
aquí se realiza en apoyo a la ciencia y en
representación de nuestro Ejército de
Tierra y de España es importante.
—¿Se han cumplido todos los objetivos
de la misión?
—El primero de todos era mantener
la seguridad en todas y cada una de las
actividades. La meteorología tan adversa
normalmente, el aislamiento que supone
estar lejos de todo ante cualquier
eventualidad… hace que no se pueda
soslayar en ningún momento el hecho
de actuar en consecuencia al lugar donde
nos encontramos.
Garantizada la seguridad, hemos
ayudado a los científicos a cumplir con
los objetivos marcados en sus proyectos;
han empeñado muchos años de su
vida para tener la oportunidad de realizar
sus investigaciones aquí y no hubiera
sido asumible un fracaso por falta de
nuestra profesionalidad.
Además, se han acometido los proyectos
de interés del Ejército marcados
para este año, en particular, levantar el
muro de contención. En lo personal, he
intentado que estos objetivos se cumplieran
haciendo que todos disfrutaran
de la experiencia.
—¿Cuáles han sido los mejores y
los peores momentos?
«Cada campaña
es única: gente
diferente, proyectos
distintos, logística
particular,
meteorología
imprevisible...»
44 Revista Española de Defensa Abril 2020