historia
los buques españoles más perfectos del
XVIII, como el Montañés o el Neptuno.
Pero, desde su creación, la suerte del
Cuerpo de Ingenieros de Marina irá
unida a la de la construcción naval, por
lo que su decadencia, años después, dejará
sin «escuela práctica» a la unidad,
aunque conservará la faceta científica.
En 1827, un real decreto de 9 de
mayo sustituyó el Cuerpo de Ingenieros
de Marina por el de Constructores, que
apostó por la práctica y desechó la formación
en ciencias, con consecuencias
funestas para la ingeniería naval española
y cuyos efectos no se harán esperar.
Siete años después, hubo un intento
de reorganización que fracasó por diversas
dificultades, una de las más graves,
la falta de hombres instruidos, capaces
de constituir el núcleo del nuevo cuerpo.
Sí cuajó, sin embargo, la iniciativa de
1848, puesta en marcha vía real decreto
(de 9 de junio). Entonces, se consideró
que el cuerpo era básico para revitalizar
la construcción naval, por lo que se recurrió
a la importación de especialistas.
NUEVO IMPULSO
El gobierno gestionó la llegada de ingenieros
franceses para fabricar buques y
plantear de nuevo la Escuela del Cuerpo,
que, en enero de 1849, ya ocupará
los pabellones del Colegio de Guardiamarinas
del Arsenal de La Carraca.
La unidad tendrá un ingeniero general
(jefe de escuadra o teniente general
de la Armada), dos brigadieres, tres capitanes
de navío, cinco capitanes de fragata,
doce tenientes de navío y dieciocho
alféreces de navío; plantilla que se mantuvo
hasta la siguiente reforma, en 1869,
marcada por un aumento de personal y
la creación de nuevos empleos.
El centro docente también irá creciendo
y perfilando aspectos, como sede,
rasgos y funciones. Todo, con una gran
rapidez, indicadora de la atención que se
prestó entonces a la construcción naval.
Los alumnos ingresaban entre los 17
y 22 años por oposición, que verificaba
la escuela con una junta presidida por
el capitán general del Departamento.
Los vocales eran el comandante general
de La Carraca, el director del centro,
su primer profesor, el jefe del ramo de
Construcciones Navales del arsenal y el
primer astrónomo del Observatorio.
Sus «autoridades», que daban parte
diario al director, eran el «cabo de rancho
», elegido entre los estudiantes por
votación, y responsable del aseo, la policía,
disciplina y el orden dentro y fuera
del edificio, y el «jefe de conferencias»,
alumno con mejor nota en el examen de
Matemáticas a su ingreso y quien debía
presidir los trabajos académicos.
La primera promoción de esta Escuela
Especial de Ingenieros de la Armada
completó sus estudios en la Escuela de
Construcciones Navales de la Marina
francesa (1852). Formó cuatro más, un
total de cinco, hasta que se creó, por
Real Decreto de 8 de febrero de 1860, su
centro sucesor en el Arsenal de Ferrol.
Carmen Torres López
Jefa del Servicio Educativo y Cultural (IHCN)
El navío Montañés de Retamosa tomó
parte en la navegación de Cádiz a
Talcahuano (Chile), arriba extractada
por el marino Ignacio Mª de Álava.
Vista parcial de Exponav, en Ferrol, Museo de la Construcción Naval.
Para saber más
SIN duda, una fuente esencial para acercarse al mundo de la ingeniería naval española,
evolución y protagonistas, es nuestra Armada (armada.defensa.gob.es), con
el Museo Naval de Madrid y su archivo, como referencias básicas, pero no únicas. En
el marco del Ministerio de Defensa, también la biblioteca virtual (bibliotecavirtualdefensa.
es) y la web patrimoniocultural.defensa.gob.es son puntos de encuentro con este
ámbito científico-técnico. Por ejemplo, la búsqueda «ingenieros navales» en el citado
repositorio en línea propone más de 300 resultados, que se amplían al preguntar por
algunos de sus nombres propios.
Sobre ellos, el Diccionario bibliográfico electrónico de la Real Academia de la Historia
(www.rah.es) incluye diferentes páginas. Referentes, como el de Romero Landa, figura
asimismo entre los miles de documentos de la Biblioteca Nacional de España (www.bne.
es). La cátedra de Historia y Patrimonio Naval (catedranaval.com), también cuenta con
información relativa al tema y, sobre todo, otro lugar de encuentro tan destacado como
atractivo es el Museo de la Construcción Naval (www.exponav.org), con sede en Ferrol.
Esther P. Martínez
Archivo RED/Pepe Díaz
BVD/Archivo Museo Naval de Madrid
60 Revista Española de Defensa Abril 2020