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CABALLERO LEGIONARIO CRISTÓBAL RODRÍGUEZ RUBIO
Sargento Javier Llergo Zarranz
1ª Compañía
El pasado 1 de abril el caballero legionario Cristóbal
Rodríguez Rubio pasó a ocupar un puesto en
formación entre las filas del «Tercio 5º», compuesto
por aquellos legionarios a los que rendimos homenaje
y memoria cada vez que entonamos el Novio de la
muerte, para que nos acompañen y protejan siempre
desde allá donde se encuentren.
Natural de Almería, nació el 13 de junio de 1998 y a
una pronta edad se incorporó al mundo castrense.
Llegó como caballero legionario el 18 de mayo de
2020 a la Bandera de Zapadores de la BRILEG,
perteneciendo desde su primer día a la gloriosa 1ª
Compañía.
Desde el primer momento apuntaba maneras,
siendo uno de los legionarios más destacados de su
promoción y demostrándolo más tarde en su pelotón.
Compañero ejemplar, alegre y con incansables ganas
a la hora de efectuar cualquier tarea, ya fuese sencilla
o tediosa. No preguntaba el porqué, sino que salía
como un rayo para cumplir la orden encomendada.
En su día a día era fiel con todos y cada uno de los
espíritus de nuestro Credo Legionario.
Tuvimos la suerte de contar con Cristóbal un año
entre nuestras filas de a pie, pero como ya dije antes,
quedará siempre en nuestras mentes y corazones,
pasando a formar Bandera junto a nuestro Cristo de
la Buena Muerte. Mi legionario, descanse en paz.
CABO SILVERIO SAKA MUEY
Cabo 1º Alberto Sautoho Poman
PLMM
El cabo Silverio Saka Muey, nacido en Bososo, Guinea Ecuatorial
el día 21 de Junio de 1952 y agricultor de profesión, según
manifestó al alistarse, era un hombre muy humilde, creyente y
religioso, a la vez que fiel cumplidor de nuestro Credo Legionario.
Con 32 años, en octubre de 1984, causó alta en el Tercio Don
Juan de Austria 3º, incorporándose a la 3ª Compañía de la VII
Bandera Valenzuela en la que siempre estuvo encuadrado.
Pese a ser bastante corpulento y bajo de estatura sus condiciones
físicas era buenas y la VII Bandera siempre contaba con un buen
delantero centro en su equipo de fútbol en los eventos deportivos
que se celebraban en Fuerteventura.
Como anécdota, recuerdo que cuando alguien hacía algún
comentario sobre creencias religiosas que él no llegaba a
asimilar, siempre respondía con aquella frase: « ¡Por Dios que
Satanás existe!» lo que provocaba risas entre el personal, ya
que tenía un timbre de voz bastante agudo para su apariencia
física, cuyos brazos y piernas parecían los de un deportista de
halterofilia.
En enero de 1996, con motivo de la creación de la BRILEG, se
trasladó con su unidad a Viator (Almería). Posteriormente, tras
15 años sirviendo en el Tercio 3º, pasó a la situación de retiro.
El pasado 24 de abril recibimos la triste noticia de su fallecimiento,
después de muchos años luchando contra una dura enfermedad.
555 · II-2021 69 La Legión