RESULTADOS Y CONSECUENCIAS DE LA PRIMERA VUELTA AL MUNDO
en busca de los buques que partían para las Indias o venían de ellas. Esta armada
operaba en el triángulo Azores-Canarias-Sanlúcar. Después se constituyó la Ar-mada
de la Guardia de la Carrera de Indias como heredera de la Armada de la
Guarda de Andalucía. Estaba formada por buques de guerra, generalmente ocho
galeones y tres pataches.
En el Caribe se formaron la Armada de Nueva España para escoltar el tráfico
Veracruz-La Habana y la Armada de Tierra Firme para la ruta de Nombre de Dios
(después de su destrucción por Drake, se cambió a Portobelo) a La Habana.
Las tres se financiaban por el impuesto de la avería y, por lo tanto, solo ope-raban
cuando se activaban estas rutas comerciales. Pero una serie de hechos
—como el apresamiento de la flota de 1628 por el holandés Piet Hein en el
combate de la bahía de Matanzas y el elevado número de galeones y buques es-pañoles
asaltados por Drake a lo largo de 20 años de correrías y sus saqueos a
Cartagena de Indias, Veracruz, Santo Domingo, Puerto Rico y puertos del Pací-fico—
ocasionaron la desaparición de las dos armadas existentes en el Caribe y
la creación de otras dos permanentes:
— La Armada de Barlovento, constituida principalmente por galeones. Ac-tuó
en la zona comprendida entre Nueva España, la Florida e islas cari-beñas.
Se creó en 1601 y duró hasta 1768. Se financió con parte de los
ingresos obtenidos por la alcabala (impuesto parecido al IVA).
— La Armada del Mar del Sur, que protegía la costa occidental del Pacífico
desde Panamá hasta Valparaíso. Su misión principal era proteger el trá-fico
de la plata extraída de las minas de Potosí.
Las Flotas de Indias
Fueron el mecanismo de funcionamiento del monopolio comercial español
con América y constituyeron la esencia de la Carrera de Indias. Inicialmente
los barcos, sueltos, iban y venían sin otro riesgo que los temporales. Pero, a raíz
de las guerras entre España y Francia, apareció el corso y se estableció el
sistema de convoyes.
Se atravesaba el Atlántico en conserva y en formación, la nave capitana iba
a la vanguardia, guiando la flota con su estandarte o con su gran fanal de popa.
La almirante, por el contrario, se mantenía a la retaguardia del convoy, mientras
el resto de los barcos de guerra la seguían a barlovento para poder acudir con
rapidez en auxilio de cualquier buque.
El comercio con América siguió un sistema llamado de flotas y galeones.
Este fue el nombre que se popularizó en la época y que ha llegado hasta nosotros.
Fue denominado así porque respondía a las dos principales características del
convoy: galeones o buques de guerra que servían de escolta y flota, o naves
mercantes.
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