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RESULTADOS Y CONSECUENCIAS DE LA PRIMERA VUELTA AL MUNDO
apoyado por un segundo co-mandante
de garantías: Juan Se-bastián
Elcano. Al frente de
cada nave se situaron diferentes
capitanes: el propio Loaísa al
mando de la capitana Santa Ma-ría
de la Victoria, Elcano de la
Sancti Spiritus, Pedro de Vera
como responsable de la nao
Anunciada, y Rodrigo de Acuña
de la San Gabriel. Dos carabe-las
de porte algo menor, la San
Lesmes y la Santa María del
Parral, estaban capitaneadas
por Francisco de Hoces y Jorge
Manrique, respectivamente,
mientras que el pequeño pata-che
Santiago quedaba a cargo
de Santiago de Guevara, cu-ñado
de Elcano, quien viajaba,
además, acompañado de dos
hermanos. Visto que la corona
no le había satisfecho los 500
ducados de renta anual que le
prometiera el rey tres años an-tes,
intentando salir adelante, la
familia Elcano invirtió todos
Juan Sebastián Elcano se dejó en la expedición no solo
todo su capital económico, sino también la vida.
Probablemente murió de ciguatera.
(Museo Naval de Madrid)
sus ahorros en la expedición, con tan mala suerte que no solo se arruinaron,
sino que todos los miembros participantes perdieron la vida. La expedición re-sultó
un fracaso estrepitoso desde el punto de vista económico, pues ni una
sola de las siete naves consiguió regresar a España; sin embargo resultó un ro-tundo
éxito desde la perspectiva del legado histórico, pues solo el paso del
tiempo ha venido a demostrar que las naos de Loaísa tocaron, y seguramente
poblaron, una buena cantidad de islas desconocidas del Pacífico contribuyendo,
en buena medida, a acuñar el nombre de «El lago español» con que se distinguió
en su tiempo al más extenso de los océanos.
Igual que pasó con la primera, la segunda expedición zarpó de La Coruña
lastrada por el estigma de la desconfianza. Y si en la primera los recelos se ci-mentaron
en las diferencias entre castellanos y portugueses, en la segunda se
debió al desprecio de los nobles capitanes castellanos a la figura de Juan Sebas-tián
Elcano, un individuo sin hidalguía que, a pesar de haber tenido pleitos con
la corona, se había ganado la confianza del joven Carlos I, lo que despertó al-gunas
envidias en la corte hasta el punto de que el marino de Guetaria sufrió
370 Agosto-septiembre