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RESULTADOS Y CONSECUENCIAS DE LA PRIMERA VUELTA AL MUNDO
días siguientes consiguen un buen andar, gobernando al NNO y NO1/4 al norte,
terminando el mes en 25º -35’ N y con rumbo NNO.
Debido a la «Relación de un portugués compañero de Duarte Barbosa, que
fue en la nao Victoria el año de 1519» (17), conocemos la «Vuelta de Mina», la
derrota apropiada para ganar el cabo de San Vicente partiendo de Cabo Verde,
que es a la que se vio obligado seguir Elcano; anotaremos solamente lo que
dice Albo del mes de agosto, cuando navegaron en demanda de las Azores de-jando
la isla de El Hierro al este (da referencias de Fayal, Pico y San Miguel,
pero no cita las Madeira) y que finaliza cuando corrían francamente al E o al
ESE, y el 1 de septiembre «... en 37º -14’ N, la derrota fue al E cuarta al SE, y
la nao me hizo el camino al E-SE, y estoy del cabo de San Vicente 81 leguas,
y este día mandé ir al E, y el día fue lunes» (18).
Finaliza Albo su diario con su concisión náutica: «A los 3 del dicho (sep-tiembre
de 1522) tomé el sol en 57º ...vino a ser la altura 37º -8’ N, y la derrota
fue al E; estoy lejos del cabo ocho leguas, y el día fue miércoles, y esto fue al
mediodía. A los 4 del dicho en la mañana vimos tierra y, era el cabo San Vicente,
y nos estaba al NE, y así cambiamos la derrota al E-SE por apartarnos del
mismo cabo».
Recalada perfecta, con San Vicente por la amura de babor, pero para rematar
la navegación tenemos que retomar el relato de Pigafetta, que escribió:
«Llegamos 18 a Sanlúcar. Gracias a la Providencia, entramos el sábado 6 de
septiembre en la bahía de Sanlúcar, y de sesenta hombres que componían la tri-pulación
cuando salimos de las islas del Maluco, no quedábamos más que die-ciocho,
la mayor parte enfermos. Los demás, unos se escaparon en la isla de Ti-mor,
otros fueron condenados a muerte por los crímenes que cometieron y
otros, en fin, perecieron de hambre.
Longitud del viaje. Desde nuestra salida de la bahía de Sanlúcar, hasta el re-greso,
calculamos que recorrimos más de catorce mil cuatrocientas sesenta leguas,
dando la vuelta completa al mundo, navegando siempre de levante a poniente.
Llegada a Sevilla. El lunes 8 de septiembre echamos anclas junto al muelle
de Sevilla y disparamos toda la artillería...» (19).
La carta de Juan Sebastián Elcano al emperador, remitida desde el fondeadero
de Sanlúcar, ya citada más arriba, muestra el estilo de comandante que fue, sen-cillo,
poco adulador y no revestido de plumas ajenas, es decir, con «don de
mando». Comienza con una somera descripción del viaje y sus dificultades y
continúa diciendo:
(17) Ibidem, p. 115.
(18) Ibidem, p. 18.
(19) PIGAFETTA, Antonio: op. cit., pp. 142-143.
220 Agosto-septiembre