allanado a los que vengan después con
el uniforme caqui o azul. Entonces, humildemente
daremos un paso al lado
para que ellos ocupen el puesto. Se
hará de manera progresiva», puntualizó.
Pocos días después, se llevó a cabo
la transferencia de la coordinación de la
Misión Baluarte. En casi todas las comunidades
participan militares de los
Ejércitos y de la Armada con el asesoramiento
del Cuerpo Militar de Sanidad.
Para ello, han establecido una Unidad
de Vigilancia Epidemiológica dividida en
secciones, en cada comunidad que ha
solicitado rastreadores. En Madrid, por
ejemplo, esta UVE está compuesta por
cinco secciones, dos de Tierra, dos del
Aire y una de la Armada.
«Es importante que los rastreadores
sean de la zona a donde llaman. Que
te llame alguien con tu mismo acento,
con tus mismas expresiones... da confianza
», puntualiza la capitán enfermera
Laura Osuna, uno de los sanitarios que
apoya a los rastreadores de la UME.
>CABO ALEXIS DÍAZ RIVERO / UNIDAD MILITAR DE EMERGENCIAS
«Si todos colaboramos, todos
nos protegemos»
EL cabo Alexis Díaz Rivero se ha encontrado con distintas situaciones
en las llamadas que lleva realizadas desde que comenzó
su labor de rastreador pero, en la mayoría de ellas, ha descubierto
que los ciudadanos están muy informados sobre lo que tienen que
hacer si son positivos. «Saben lo que es una cuarentena, un aislamiento,
cuándo es personal de riesgo… Todos han aceptado mis llamadas
bastante bien, aunque a algunos les tuve que comunicar yo el resultado
de la prueba porque aún no lo conocían».
A los que se muestran más reacios a facilitar los datos de sus contactos,
el cabo Alexis les convence de que frenar los contagios es cosa
de todos. «Les digo que si ellos no colaboran, otros pueden contagiarse.
Que si su vecino hiciera lo mismo, él podría estar enfermo sin saberlo
y transmitir el COVID-19 a su madre o a sus abuelos. Cuando centras
el problema en sus seres queridos, cambian de actitud». Asegura que
la formación que ha recibido en su unidad le facilita la tarea a acometer
con sus interlocutores. «Me gusta comunicarme con la gente, pero
hay que saber hacerlo. No es lo mismo con los jóvenes —con los que
resulta más ágil— que con las personas mayores, que muchas están
solas, se aburren y solo quieren hablar y hablar». «No diría que los ciudadanos
estén angustiados —puntualiza—, más bien inquietos porque
recuerdan el primer brote y se preguntan que a dónde vamos a llegar».
La Misión Baluarte, como la operación
Balmis, se coordina desde el Mando de
Operaciones del EMAD
OCP/UME
10 Revista Española de Defensa Octubre 2020