Las condiciones de accesibilidad y la conservación
preventiva han sido, también, prioridades de la reforma
Con el ocaso del siglo de las luces,
las sombras cubrieron las Españas. Fue
El fin de un imperio (s. XIX), título de la
siguiente unidad. No se había superado
la década, y ya se había perdido en
Trafalgar y libraba la Guerra de la Independencia,
presente a través de, por
ejemplo, el águila de la marina napoleónica
y su mesa de piedras duras.
Este fue el primero de una larga lista
de conflcitos: las emancipaciones americanas,
las guerras carlistas, la revolución
cantonal... Sobre esta última, el museo
destaca como pieza de interés «su» pintura
de la defensa de La Carraca.
LA NUMANCIA EMULÓ A ELCANO
La pérdida de los últimos territorios
de ultramar cerró un aciago siglo en el
que, sin embargo, la Armada española
protagonizó otra vuelta al mundo única,
la primera que hacía un buque con
blindaje. Lo hizo la Numancia, liderada
por el almirante Méndez Núñez.
A caballo entre esta centuria y la siguiente,
se sitúa el monográfico La construcción
naval en la era del vapor. 1831-1931.
Momento de innovaciones, como blindar
con planchas de hierro y acero los
cascos de los barcos, empleado en la citada
Numancia, aquí expuesta. También
se exhibe la fragata Villa de Madrid.
El viaje toca a su fin con La recuperación
de la Armada (s. XX y XXI). Es la
unidad 6 y refleja la capacidad de recuperación
de la Armada, protagonista de
más de una reinvención en su historia y
que, en la actualidad, «ha recobrado el
lugar que le corresponde en el concierto
de las naciones con su integración en la
OTAN y la Unión Europea».
Esa puesta al día se ha dado, asimismo,
en la construcción naval, donde se
ha pasado de tener buques foráneos —el
portaaeronaves Dédalo— a exportar diseños
propios y disponer de naves punteras,
como el Galicia y el Juan Carlos I.
Ambos están presentes en este área,
que posee un epílogo dedicado al presente
y lleva por título La Armada, hoy.
Con audiovisuales, tiene formato de monografico.
Se localiza junto al ascensor.
Este, casi se da la mano con la Bienvenida
al Museo Naval, que junto a las escaleras,
evoca la inauguración del museo
en el reinado de Isabel II.
Los siete «itinerarios transversales»,
por último, se integran en el discurso
cronológico y resaltan temas concretos
y de interés. Son fáciles de seguir e invitan,
por ejemplo, a conocer los Ocho
siglos de historia de la Armada española a
través de sus hitos principales, como «la
más alta ocasión que vieron los siglos
...», Lepanto en palabras de Cervantes.
En primer término y sin vitrina el navío Santa Ana, ejemplo de construcción naval del
siglo XVIII, protagonista en monográficos e itinerarios transversales.
Marinos ilustres reúne los nombres
más sobresalientes de la Armada, con
figuras de la talla de Jorge Juan, el invicto
Blas de Lezo y, quien tampoco conoció
la derrota, don Álvaro de Bazán.
Aquí, de nuevo está presente la Construcción
Naval, que, en este bloque, analiza
la evolución de sus formas y técnicas.
Del arte de marear a la ciencia de navegar
tiene como protagonistas al saber, la
tecnología y los avances que propiciaron,
junto al conocimiento de los mares
y el desarrollo de la navegación. Ellos
permitieron pulverizar límites, como los
del Mediterráneo y adentrarse en los
océanos, lejos del abrigo de las costas.
Otro itinerario pone el foco en el Armamento
Naval, y también hay una ruta
dedicada a La evolución de la Armada como
institución. Completan estos paseos temáticos,
los Intercambios culturales. Sus
primeros ejemplos se encuentran en La
era de los descubrimientos y forman parte
de la tradición taína, mundo precolombino
de la zona del Caribe. El itinerario
se nutre de las colecciones reunidas por
la Armada procedentes de los contactos
con otras culturas. Esta constituye una
de las series más atractivas y curiosas
de la institución; ahora cobra protagonismo
y, además, ya se trabaja para que
puedan incrementar su presencia en
sala, avanza el director del museo.
Las recreaciones de los camarotes se
mantienen sin cambios, al igual que la
sala de exposiciones temporales, para la
que ya se barajan proyectos.
Esther P. Martínez
Fotos: Hélène Gicquel
Octubre 2020 Revista Española de Defensa 63