entrevista
«La gestión del Ejército de Tierra se basa en la
solidez de los lazos orgánicos y en la confianza
depositada en cada escalón de mando»
conllevará retornos que pueden rentabilizar
futuras actuaciones, especialmente
si España se posiciona bien en el renovado
marco europeo para la industria
de seguridad y defensa. En ese sentido,
debemos seguir aspirando a participar
en programas estratégicos para la defensa
europea, como el Main Ground Combat
System, que avanza a buen ritmo y está
ya marcando el camino para la evolución
de los sistemas terrestres en los principales
países de la UE.
—En líneas generales, ¿cuáles son
las necesidades prioritarias en armamento,
sistemas y equipos?
—Como he señalado antes, se trata
de visualizar la brigada como un sistema
de combate integral, del mismo modo
que lo es una fragata, por ejemplo. El
Ejército de Tierra necesita modernizar
sus brigadas e incorporar los avances
tecnológicos que nos permitan operar
en el complejo entorno operativo actual
y futuro. Se trata de un requerimiento
crítico, ya que cualquier organización,
civil o militar, que pierda el tren de la
evolución tecnológica está condenada a
la irrelevancia.
No obstante, a corto plazo sí hemos
detectado determinadas capacidades
que deben ser reforzadas, para poder
hacer frente a crisis sanitarias como la
que vivimos. Por ejemplo, se ha demostrado
que la logística y las capacidades
sanitarias y NBQ son cruciales para
afrontar la pandemia. Por ello, en el
contexto actual merecen nuestra atención
preferente.
Por otro lado, España dispone de una
aviación de ejército que es referente europeo
por su capacidad y operatividad.
Debemos seguir aspirando a disponer
de sistemas tripulados y no tripulados
modernos y eficaces, que nos permitan
seguir proporcionando valor añadido al
esfuerzo común de seguridad en Europa.
—¿Le resulta complicado gestionar
una «empresa» de 80.000 profesionales?
—La gestión del Ejército de Tierra
se basa en la solidez de los lazos orgánicos
y en la confianza depositada
en cada escalón de mando, que debe
obrar con iniciativa para lograr los objetivos
que le han sido encomendados.
Este es el estilo de mando orientado a
la misión que queremos consolidar y
que nos debe guiar hacia el futuro. Me
encuentro muy cómodo en mi trabajo,
por la enorme calidad que atesoran mis
subordinados, en quienes confío plenamente.
—¿Está bien dimensionado el
Ejército de Tierra?
—Cada país aspira a tener el mejor
Ejército que se pueda permitir para
que sus ciudadanos disfruten de la libertad
que merecen. Mi misión es obtener
el mayor rendimiento posible de
los recursos que se nos asignan, en términos
de preparación y eficacia. En el
contexto actual, resultaría incoherente
plantear cifras irreales, sin considerar
que formamos parte de un todo y que
la seguridad tiene muchas dimensiones,
incluida la económica.
En cualquier caso, el recurso humano
del Ejército no solo nutre a las
unidades necesarias que determine la
Directiva de Planeamiento Militar,
sino que además dedica una parte importante
de dicho personal, desde el
punto de vista cuantitativo pero sobre
todo cualitativo, a cubrir puestos de
responsabilidad, tanto nacionales como
internacionales.
—¿Qué expectativas tiene respecto
a la participación del Ejército de
Tierra en misiones internacionales?
—Ni pedir ni rehusar, como versaba
Calderón. España ha demostrado siempre
un firme compromiso con sus aliados
en las organizaciones internacionales de
las que forma parte; incluso en este período
de crisis, nuestra aportación a las
misiones en el exterior es muy superior
a la de otros países de nuestro entorno.
Estaremos en todo momento dispuestos
a contribuir con nuestras capacidades
específicas a la acción conjunta que
lidera el JEMAD, en las condiciones
que determine el Gobierno.
Me gustaría destacar el esfuerzo
sostenido realizado por el Ejército en la
cualificación idiomática de sus componentes,
aspecto clave para nuestra integración
en estructuras multinacionales.
Podemos decir con orgullo que somos
la institución del Estado con mayor
número de personas en posesión de un
nivel profesional de idiomas, no solo en
inglés, sino también en francés, árabe y
otros idiomas de interés militar.
—Nuevos dominios de ciberdefensa
y espacio ultraterrestre; retos
como las pandemias, la desinformación
y el cambio climático… ¿Cómo
debe abordar el Ejército estos desafíos
del presente y del futuro?
22 Revista Española de Defensa Octubre 2020