entrevista
General de ejército Francisco Javier Varela Salas,
«DEBEMOS FOMENTAR
EL LIDERAZGO
Y LA INICIATIVA»
El jefe de Estado Mayor destaca que el Ejército de Tierra
se encuentra ante un «cambio de ciclo», en el que tiene
que orientar su organización a la misión y confiar en «el
buen hacer y los valores» de sus componentes
SE siente orgulloso cada vez
que recibe un reconocimiento
o una felicitación por las
acciones que, en beneficio
de la sociedad española,
realizan diariamente los hombres y mujeres
bajo su mando. «Me doy cuenta de
que lo estamos haciendo bien, a pesar
de las dificultades», indica el general de
ejército Francisco Javier Varela Salas
(Puertollano, Ciudad Real, 1952), que
lleva más de tres años, desde marzo de
2017, como jefe de Estado Mayor del
Ejército de Tierra (JEME).
De su extensa vida profesional, iniciada
hace 47 años, el JEME destaca
que ha podido «contar con el respaldo
de la familia militar en situaciones difíciles
y compartir con ella los momentos
felices», así como «la camaradería que
se vive en las unidades, en mi caso en
las de operaciones especiales y de la
Legión, donde he servido». Tras su ascenso
a general ha estado al frente de
JEME
la Brigada Rey Alfonso XIII de la Legión,
el Mando de Fuerzas Ligeras y la
Fuerza Terrestre, así como del Cuartel
General Terrestre de Alta Disponibilidad
en Bétera (Valencia). Hoy, desde
la cúspide del Ejército de Tierra, lidera
«un proyecto común exigente», el
de una institución que, al tiempo que
moderniza su estructura para adaptarla
a un entorno muy cambiante, trata de
impulsar una nueva mentalidad entre
sus miembros. «Hay que otorgar iniciativa
a los subordinados —explica— y
confiar plenamente en su buen hacer y
en sus valores; por eso, prefiero que me
pidan perdón a que me pidan permiso».
—¿Cómo definiría al Ejército de
Tierra de 2020?
—Como un Ejército inmerso en un
profundo proceso de transformación, no
solo organizativo, sino también cultural.
Nos encontramos ante un verdadero
cambio de ciclo y debemos orientar nuestra
organización a la misión encomendada
para ser más eficientes. Ello requiere
de cada uno de los componentes una
mentalidad flexible y audaz, que incorpore
permanentemente nuevos procedimientos
y sea capaz de materializarlos.
No podemos, ni debemos, obviar los
efectos de la pandemia sobre nuestro
Ejército. Se trata, al igual que para otras
organizaciones, de pasar una auténtica
prueba colectiva de resiliencia, que sin
«El proceso de
transformación en
que nos encontramos
inmersos requiere de
un profundo cambio
de mentalidad»
18 Revista Española de Defensa Octubre 2020