Acondicionamiento de la base de operaciones del contingente español en Arja (arriba, izquierda). Debajo, la población pakistaní
participa en el rescate de las víctimas. Un ingeniero español en tareas de rehabilitación de un edificio (derecha).
FUE la primera misión humanitaria
de la Alianza Atlántica
fuera del área de operaciones
del Tratado de Washington
y contó con el liderazgo y la destacada
contribución de España: Respuesta Solidaria
II, en auxilio de las víctimas del
terremoto en el norte de Pakistán, de la
que se cumplen ahora quince años. Allí,
los militares de nuestro país realizaron
durante tres meses una valiosa labor de
solidaridad con la población damnificada,
que se materializó en la reconstrucción
de variadas infraestructuras.
El seísmo, de 7,6 grados en la escala
Richter, se produjo el 8 de octubre de
2005, justo antes del duro invierno del
Himalaya. Tuvo su epicentro en la región
de Cachemira, a unos 95 kilómetros
al noreste de Islamabad, la capital
de Pakistán, y sacudió también a sectores
de Afganistán y la India. El violento
terremoto y las fuertes réplicas que
le siguieron sembraron de desolación y
muerte la región. Muzaffarabad, capital
de la Cachemira pakistaní, y ciudades
como Bagh y Balakot quedaron en parte
reducidas a escombros. Fallecieron
86.000 personas, 106.000 resultaron
heridas y más de tres millones y medio
perdieron sus hogares.
PETICIÓN DE APOYO
En respuesta a la solicitud del presidente
del Gobierno de Pakistán, general Pervez
Musharraf, y a una petición expresa
de Naciones Unidas, la OTAN llevó a
cabo en la zona afectada una operación
de ayuda humanitaria, mediante la activación
y despliegue de una parte de su
5ª Fuerza de Respuesta (NRF-5), cuyo
componente terrestre dirigía, por turno
rotatorio, el Cuartel General Terrestre
de Alta Disponibilidad (CGTAD) de
Bétera (Valencia).
El terremoto de Pakistán se había
convertido para la ONU en «la peor pesadilla
que la organización ha vivido»,
según manifestó entonces Jan Egeland,
coordinador de la ayuda humanitaria
urgente de Naciones Unidas. La consideró
peor incluso que el tsunami del año
anterior en el Océano Índico, debido a
la inaccesibilidad de algunos lugares, situados
en territorios muy montañosos, y
al mal tiempo reinante, con temperaturas
que bajaban de cero grados. «Nosotros
—reconoció Egeland— somos
civiles humanitarios que no sabemos
cómo evacuar a la gente del Himalaya,
Octubre 2020 Revista Española de Defensa 39
Matthys/EFE Juanjo Martín/EFE
El seísmo se
produjo justo antes
de que comenzara
el duro invierno
del Himalaya
Ángel Manrrique/DECET