REVISTA EJÉRCITO
N.º 956 EXTRAORDINARIO NOVIEMBRE
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Ahora se habla, quizás con más
propiedad, del concepto de «zona
gris», en la que las actuaciones de
los contendientes «alteran notablemente
la paz, pero no cruzan los
umbrales que permitirían o exigirían
una respuesta armada»1. En el conflicto
híbrido, todos los contendientes
están sujetos al escrutinio inmediato
de la información y las redes
sociales, donde también se dirime el
enfrentamiento. Es, por ello, determinante
el tener la capacidad de actuar
con proporcionalidad, profundidad
y con rapidez sobre los diversos
objetivos que se vayan presentando.
Proporcionalidad, profundidad y rapidez
son características intrínsecas
al empleo de la artillería.
Los conflictos se plantearán en todos
los escenarios (tierra, mar, aire,
espacio y ciberespacio). En la segunda
mitad del siglo xx, todo el
planeamiento que se realizaba para
hacer frente a una posible agresión
soviética hacía hincapié en la obtención
y el mantenimiento de la
superioridad aérea. En el futuro, en
un enfrentamiento con un enemigo
dotado de tecnología avanzada, esa
superioridad aérea será imposible o
muy costosa de conseguir y mantener,
especialmente en las fases
iniciales de la guerra. El desarrollo
alcanzado por los medios antiaéreos
y su presencia generalizada
y dispersa en el campo de batalla
impedirán que los medios aéreos
propios puedan asegurar el apoyo
de fuegos a las operaciones terrestres.
Esto significa que, durante
gran parte del combate, las unidades
de maniobra terrestres solo podrán
contar con los fuegos proporcionados
por la artillería.
Las consecuencias de lo descrito
hasta ahora serán reforzadas
por la gran extensión de los campos
de batalla o su dispersión. Las
unidades militares estarán dispersas
para disminuir su vulnerabilidad
frente a la gran letalidad de
las armas modernas, y únicamente
se concentrarán en los momentos
previos a su empleo. Esta gran
amplitud del despliegue conllevará
en muchos casos el que no existan
frentes reconocibles como tales.
De nuevo, la capacidad de la
artillería para actuar a fondo y en
todas las direcciones, y de concentrar
sus fuegos, será fundamental
para mantener la iniciativa y evitar
la sorpresa.
Como ya he mencionado, el enfrentamiento
también se dirimirá en el
terreno de la información pública y
de las redes sociales. Se combatirá
entre la población, tanto en sentido
físico como virtual. Existe una
prolija legislación internacional
sobre los conflictos armados que
trata de poner límites aceptables
a los comportamientos y conductas
en la guerra. Principios como
la necesidad militar, la distinción y
la proporcionalidad son fundamentos
básicos de esa legislación, y las
decisiones militares están sometidas
al escrutinio legal. Pero ahora
los medios de comunicación modernos
(especialmente las redes
sociales) se unen a ese escrutinio
y posibilitan la difusión inmediata
de las consecuencias del combate.
La difusión de daños colaterales
no buscados puede convertir fácilmente
cualquier victoria en el campo
táctico en una derrota en el estratégico.
Sistema RPAS (Sistemas de aeronaves pilotadas remotamente)