el apoyo al despliegue dosier 823
Además de la UAD, el SEADA desplegó un Escalón
Avanzado de Ingeniería, encargado de montar cuatro
refugios de aeronave que completaron la infraestructura
disponible en la base rumana, próxima a la localidad de
Constanza. Gracias a estos refugios, los C.16 estuvieron a
resguardo de las inclemencias del frío clima del mar Negro,
que llevó a los especialistas del SEADA a trabajar en
condiciones extremas de frio, lluvia y viento con temperaturas
entre 5.ºC y 20.ºC bajo cero durante la mayor parte
del despliegue.
La sección contó con un equipo de protección de la
fuerza compuesto por 10 efectivos que se encargaron
a diario y sin descanso de la vigilancia de instalaciones,
control de acceso a zonas restringidas, custodia de personal,
acompañamientos y escolta de autoridades durante
los meses de misión, incluidos los periodos de despliegue
y repliegue. Se sirvieron para ello de medios técnicos
de seguridad novedosos, que permitían la vigilancia de
los equipos y material del destacamento día y noche, con
ayuda de cámaras térmicas, circuito cerrado de televisión
tanto interior como exterior y puntos de control en los
accesos restringidos con un sistema de identificación y
control de presencia.
El equipo de apoyo logístico, lo formaron tres miembros
del SEADA, que se ocuparon de servir de enlace
con la nación anfitriona. Su misión fue la de garantizar
los apoyos necesarios al destacamento en las áreas
de infraestructura, mantenimiento de superficies aéreas
operativas, alimentación, y movimiento de cargas.
Además, llevaron a cabo el control de los equipos de
generación de energía y climatización, factor clave y
vulnerable de esta operación, ya que la totalidad de la
generación eléctrica que proveía de energía al destacamento
procedía de generaciones diésel y de equipos de
climatización desplegables.
El apoyo operativo lo representaron tres equipos diferentes:
combustibles, rescate-contraincendios y desactivación
de explosivos.
Dos efectivos pertenecientes al Ala 11 llevaron a cabo
la operación de la unidad repostadora enviada a Rumanía,
con el fin de garantizar el menor tiempo posible de
recuperación de los C.16 tras las salidas en scramble y
misiones de entrenamiento. Este equipo, además, llevó
a cabo el control de calidad del combustible suministrado
realizando un total de 100 análisis durante toda
la operación.
El equipo de rescate, compuesto por cuatro especialistas
de la Sección de Rescate y Contraincendios de la
base aérea de Morón, garantizaron las 24 horas del día
la seguridad de las operaciones aéreas, estando siempre
listos, en caso de necesidad, para efectuar un rescate
de un piloto ante un eventual accidente. Además,
como especialistas contraincendios, fueron los encargados
revista de aeronáutica y astronáutica / octubre 2021
de elaborar los planes de evacuación y el plan
de extinción propio del destacamento, asesorando en
esta materia al jefe de Apoyo.
Por último, el Equipo EOD, formado por dos operadores
entrenados en el sistema de armas C.16, proporcionaron
cobertura a las operaciones aéreas asegurando
un respuesta ágil y especializada en caso de que se produjera
un incidente o accidente con el armamento real
portado en los cazas de alerta. Aunque como función
secundaria debido a la baja amenaza IED de la zona, el
equipo estaba equipado y entrenado para llevar a cabo
una primera intervención en caso de que la seguridad en
tierra del destacamento hubiera sido amenazada. Para
ello contaron con distintos medios de reconocimiento,
como el robot ligero Dragon Runner DR20, de detección,
investigación, ataque y protección, como el traje pesado
de desactivación EOD-9.
En los últimos compases de la misión, se desplegó de
nuevo la Unidad de Apoyo al repliegue, con una composición
similar a la primera. Si bien puede parecer que se