Los aviones anfibios Canadair
Gonzalo Ramos Jácome
688 páginas, 17 x 24 cm
Madrid: Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, 2020. ISBN: 978-84-491-1563-9
La Escuela de Polimotores
en la Base Aérea de Jerez de la Frontera
Gonzalo Ramos Jácome
192 páginas, 20 x 24 cm. Madrid: Ministerio de Defensa. Secretaría General Técnica, 2021.
ISBN: 978-84-9091-552-3
revista de aeronáutica y astronáutica / octubre 2022
848 bibliografía
Después de un verano especialmente
duro en cuanto
a la proliferación de incendios
forestales en nuestro país, es
una buena ocasión para rendir
homenaje a quienes han
luchado contra ellos desde el
cielo con los aviones anfibios
Canadair.
El 8 de febrero de 2021 se
celebró el 50.º aniversario
de la llegada a nuestro país
de los dos primeros aviones,
que han estado encuadrados en tres diferentes unidades
aéreas, aunque siempre con el mismo espíritu de servicio:
inicialmente 803 Escuadrón, 404 Escuadrón en 1973, y desde
1980 el actual 43 Grupo de Fuerzas Aéreas. Han realizado
casi 185 000 horas de vuelo, de las que más de 86 000
corresponden a misiones reales, teniendo que lamentar el
fallecimiento en acto de servicio de 15 de sus tripulantes.
El detalle de esa abnegada y exigente labor lo relata este
minucioso trabajo del general Ramos Jácome. El autor es
conocedor de primera mano de las labores de estos aviones,
pues formó parte de las dos tripulaciones que en enero
de 1971 se trasladaron a la factoría de Canadair en Montreal
para recoger los dos primeros aparatos, que habían sido
adquiridos por el Ministerio de Agricultura. También participó
en la primera misión real de extinción de incendios de
este avión en España, que tuvo lugar en la provincia de La
Coruña el 9 de julio de ese año. Y siguió volando este avión
durante más de diez años.
Este libro es una segunda edición, corregida y actualizada,
de la inicialmente publicada en 2013 por el Ministerio
de Agricultura (en la actualidad, Ministerio de Transición
Ecológica y Reto Demográfico). Trabajo muy documentado,
rinde homenaje al personal que ha hecho posible este medio
siglo de actividad, y relata las misiones más relevantes
de los Canadair, de los que han llegado a volar en nuestro
país un total de 34 en las sucesivas versiones CL215, CL215T
(ambas de motor de pistón) y CL415 (turbohélice). En la actualidad,
el 43 Grupo cuenta con 14 CL215T y 4 CL415.
Si el libro anterior tiene
por fundamento las
experiencias personales
del autor con el avión
y sus misiones, aunque
complementadas por una
exhaustiva investigación,
en este otro caso se trata
de un trabajo sobre una
unidad en la que no estuvo
destinado durante su
carrera militar. Pertenece
a una serie que está dedicando
a recordar el devenir de escuelas del Ejército del Aire
que ya no existen, y que inició con el dedicado a la Escuela
de Vuelo sin Visibilidad de Matacán. Su propósito es mantener
el recuerdo de Unidades disueltas hace ya muchos
años, que están en riesgo de caer en el olvido por la paulatina
desaparición de sus protagonistas y de los que estuvieron
vinculados a ella.
La Escuela de Polimotores, que desplegó en la base aérea
de Jerez desde el año 1951 hasta el año 1963, vino a cubrir
una exigencia en cuanto a la formación de los pilotos del
Ejército del Aire. Al desactivarse la Escuela Superior de Vuelo,
estacionada en la base aérea de Matacán hubo que crear
un centro que continuara proporcionando la enseñanza de
vuelo que facilitaba la escuela desaparecida, y se dedicara
específicamente a la formación para el pilotaje de aviones
polimotores, y posteriormente de vuelo sin visibilidad. Analizadas
diversas posibilidades, se decidió ubicar la escuela
en el aeródromo de Jerez.
El libro relata las actividades de la escuela durante los 12
años que permaneció en Jerez, hasta que por reorganización
de algunos centros de enseñanza del Ejército del Aire,
fue trasladada al Grupo de Escuelas de Matacán.
Basado fundamentalmente en documentos existentes
en el Archivo Histórico del Ejército del Aire, el libro aporta
información relevante en sus anexos, y recuerda con especial
interés al personal que trabajó y se formó en la Escuela
de Jerez, rindiendo homenaje a los que allí fallecieron en el
ejercicio de su actividad.