Almirante Juan Francisco Martínez Núñez,
SEGENPOL
La Defensa, una garantía
ante futuras crisis
Intervención del secretario general de Política de Defensa en la
presentación del documento «Implicaciones del COVID-19 para la
Defensa», del Real Instituto Elcano (4 de junio de 2020)
LA pandemia ha sido uno de esos acontecimientos
dramáticos que exigen poner en marcha todos los
recursos de un Estado. Como es natural, las Fuerzas
Armadas son parte de esos recursos y la operación
Balmis ha sido muy ilustrativa del papel de unas Fuerzas
Armadas modernas; un papel cercano, fiable y versátil.
Los Ejércitos y la Armada son, en primer lugar, una reserva
de personas disponibles para actuar en cualquier situación. Tienen
valores como la disciplina, el espíritu de servicio y de sacrificio,
y pertenecen a una organización pensada y diseñada para
sobrevivir incluso en el caos y continuar operando por difíciles
que resulten las condiciones.
Esas ideas de disciplina, organización y espíritu de servicio,
se potencian con la formación y el adiestramiento, y con esta vocación
que nuestros soldados han demostrado para apoyar a sus
conciudadanos en cualquier circunstancia. No en sus circunstancias
naturales, sino en cualquier circunstancia.
Y, además, están las capacidades de las Fuerzas Armadas.
No todas son útiles en esta crisis, pero todas están diseñadas
para actuar en situaciones comprometidas y críticas. Son diversas
y, a veces, son únicas.
No voy a detenerme en todo lo que han hecho los Ejércitos
porque es conocido. Pero sí, creo, hemos apreciado un aspecto
institucional y moral muy importante. Nuestros soldados son de
todos y a todos sirven. Al irrumpir en nuestras calles, su presencia
ha contribuido a aunar voluntades y a fomentar el espíritu de
solidaridad colectiva que resulta lo más indispensable para salir
de una crisis.
Además, la pandemia nos ha proporcionado muchas reflexiones
y una experiencia profunda de cómo prepararnos para
futuras crisis. Ha puesto en marcha conceptos que seguramente
renacen para quedarse, como los de suficiencia y reserva estratégica.
Conceptos que parecían un tanto superados en un
mundo global pero que han renacido con mucha fuerza. Y no se
trata, como algunos han abogado, de un retorno a un enfoque
autárquico; eso sería tener una visión muy corta. Resulta evidente
la necesidad de una cierta autosuficiencia de recursos y de
reservas estratégicas para paliar una primera embestida de una
crisis, hasta que los mecanismos de cooperación exterior —de
los que cada país del mundo en su situación y en su contexto
disponga—, logre ponerse en marcha. Esperemos que esta sea
una de las lecciones aprendidas a nivel internacional, y que la tragedia
del COVID termine por servir de punto de encuentro para la
solidaridad internacional y el multilateralismo.
Indudablemente, la Defensa en todos los países se va a ver
afectada por la enorme incertidumbre del escenario económico
que se nos presenta. Y aquí es donde adquiere un especial valor
el trabajo que hoy presentamos, pues sostiene la necesidad de
mantener un nivel adecuado de esfuerzo en Defensa. Un nivel
adecuado. Quiero dejar muy claro que no pretendemos aprovechar
la desorientación que deja la crisis en el ciudadano para obtener
más de lo que estrictamente necesitamos. Ni para obtener
capacidades que hayan perdido su vigencia.
Como bien señala el documento, la Defensa es también una
garantía para que futuras crisis puedan ser contenidas con mayor
facilidad. Y tiene un importante segundo valor añadido como
generadora de empleo, de innovación y de competitividad tecnológica
e industrial.
14 Revista Española de Defensa Julio/Agosto 2020