El comandante del HQ NRDC-ESP se dirige a los efectivos de su cuartel general al
inicio del ejercicio Steadfast Leda 21, a mediados de noviembre.
«procesamiento a vanguardia» o edge
computing. La progresiva implantación
del 5G y de un «5G táctico» facilitará el
acceso a ese big data y el empleo de la
inteligencia artificial.
—¿Y en cuanto al ciberespacio?
—Hace ya tiempo que el ciberespacio
forma parte de nuestro planeamiento y
cobrará mayor importancia progresivamente.
Consolidada la protección de
nuestros propios sistemas de información,
estamos integrando acciones defensivas
y ofensivas en ese dominio de
las operaciones, siempre considerando
la legalidad nacional e internacional,
sincronizadas con nuestras demás acciones
«en el mundo físico». Para ello en
este ejercicio, Steadfast Leda 21, hemos
experimentado con herramientas nacionales
de conocimiento de la situación
ciberespacial, con el apoyo del Mando
Conjunto del Ciberespacio.
La OTAN, con apoyo de las naciones
integrantes, está buscando la mejora
de acciones asertivas que permitan
ganar la iniciativa en este ámbito. La
integración de los dominios del ciberespacio
y espacial en la maniobra táctica
es un reto en el que está inmersa.
Lo que sí que me gustaría indicar
como idea primordial es que, sea cual
sea el aprovechamiento que se haga de
las nuevas tecnologías y del ciberespacio,
creo que la decisión que se tome
deberá quedar en manos del ser humano,
no en las de una máquina.
—¿Qué importancia va a tener la
guerra de información o propaganda
en los futuros conflictos?
—Creo que va a jugar un papel cada
vez más importante por la facilidad que
permiten precisamente esas nuevas tecnologías.
Las denominadas fake news
están ahí. Gran parte de las operaciones
actuales, y seguramente futuras,
se desarrollan en la denominada zona
gris, pasando de estar fundamentadas
en la maniobra a estarlo en los comportamientos,
sentimientos y actitudes. Es
decir, en vez de orientadas al enemigo
o al terreno, lo están hacia las personas,
hacia sus emociones. Las acciones
que se pueden llevar a cabo, persiguen
crear un clima de desinformación y
confusión que desestabilice y debilite al
adversario, influyendo en muchas ocasiones
en su opinión pública.
—¿Cómo se puede hacer frente a
estas amenazas que actúan principalmente
en el ámbito cognitivo?
—Requiere que todos los esfuerzos
de comunicación propia estén dirigidos
desde el nivel más elevado y aplicados
en todos los niveles de las operaciones.
Resulta, por tanto, imprescindible
considerar el entorno de la información
en el planeamiento y ejecución de
las operaciones militares, pues planear
los aspectos de la comunicación y las
actividades de información de forma independiente
al planeamiento de las operaciones
podría producir una brecha
Diciembre 2021 Revista Española de Defensa 23