PERSPECTIVA
También la OTAN ha incrementado su interés por afrontar las
implicaciones del cambio climático para la seguridad y las consecuencias
para las Fuerzas Armadas de los distintos países. Para
la organización resulta primordial hacer frente al nuevo escenario
operacional y táctico en el que se van a emplear las Fuerzas Armadas
como consecuencia de los impactos del cambio climático y
de las políticas llevadas a cabo en materia de mitigación en donde
la descarbonización de la Defensa también constituye una acción
principal. Con su Plan de Acción, aprobado en junio de 2021, la
OTAN pretende enfocar el cambio climático desde la evaluación de
su impacto en el entorno estratégico y la adaptación de sus capacidades,
la mitigación y la divulgación para contribuir a la respuesta
global al cambio climático.
A nivel internacional, los Ministerios de Defensa también están
llevando a cabo iniciativas de cooperación para abordar la compleja
repercusión del cambio climático en el escenario operativo y táctico
de las Fuerzas Armadas. En este sentido, cabe destacar la Iniciativa
Cambio Climático y Fuerzas Armadas lanzada el 12 de noviembre
de 2021 a propuesta de Francia. Esta iniciativa, formada por
veinticinco países,—entre los que se encuentra España— pretende
fomentar la colaboración en cuatro puntos: la anticipación a los riesgos,
la adaptación, la mitigación y la cooperación.
ADAPTACIÓN COMO FACTOR DE ESTABILILIDAD
Una vez establecida la necesidad de contemplar el desafío del cambio
climático desde la perspectiva de la seguridad y la defensa —ya
sea como posible generador de conflictos como de su repercusión
Pepe Díaz
en los nuevos escenarios operativos y tácticos de empleo de las
Fuerzas Armadas— se ha considerado conveniente avanzar en el
desarrollo de una de las medidas más efectivas y más abandonadas
durante los últimos años como es la adaptación al cambio climático.
Y precisamente, esa ha sido una de las conclusiones más importantes
de la Cumbre del Cambio Climático COP26 celebrada en el mes
de noviembre en Glasgow: la necesidad de financiar la adaptación
como parte fundamental en las políticas relacionadas con el cambio
climático y para ponerla al mismo nivel que la mitigación.
Este planteamiento constituye una novedad y, desde el punto
de vista de la seguridad y la defensa, abre importantes vías para
conseguir estabilizar regiones especialmente vulnerables al cambio
climático y que, por causas estructurales, son proclives a generar
situaciones de conflicto.
La adaptación surge así como una palanca para poder generar
paz y estabilidad en nuestro entorno cercano, como es el Sahel,
contribuyendo a afianzar todos los esfuerzos realizados en las misiones
militares de estabilización. Pero para que los recursos ofrecidos
para la adaptación obtengan el resultado deseado, es necesario que
sean los propios gobiernos de estos países —por lo general, frágiles
y vulnerables— los que se conciencien con la problemática de
la debilidad de sus poblaciones. De esta forma podrán afrontar de
forma efectiva las consecuencias sociales, económicas y medioambientales
del cambio climático. Sólo así se podrá romper ese círculo
vicioso tan peligroso y dramático entre la degradación medioambiental
y los conflictos.
54 Revista Española de Defensa Diciembre 2021