hacia la dirección estratégica Sur; en 125 días hemos llegado a un
acuerdo sobre los recursos que como Alianza necesitamos para
hacer frente a los nuevos desafíos que tenemos ante nosotros —y
que, no nos equivoquemos, no solo vienen de Moscú—; en 125
días hemos llegado a un acuerdo para calificar a China como «desafío
sistémico»; en 125 días hemos dado un paso de gigante de
cara a cumplir definitivamente con el Compromiso de Gales —el
famoso 2 por 100—; y en 125 días hemos logrado abrirle la puerta
del club aliado a Finlandia y Suecia. En definitiva, en 125 días
hemos actuado y decidido at the speed of relevance, como nos
gusta decir en esta sede. Hoy la OTAN es más fuerte y está más
cohesionada, condiciones ambas indispensables para defender lo
que nos une y que son los valores consagrados en el preámbulo del
Tratado de Washington: los de democracia, libertades individuales
e imperio de la ley.
Llegados a este punto quisiera hacer una decena de comentarios
sobre lo que son los principales deliverables de la Cumbre de Madrid:
•Un Concepto Estratégico para un nuevo entorno estratégico.
Los jefes de Estado y de Gobierno aprobaron el pasado
día 29 el nuevo Concepto Estratégico, el «Concepto Estratégico de
Madrid». El Concepto Estratégico es el principal documento aliado
tras el Tratado de Washington y en él, básicamente, se hace un
diagnóstico estratégico y se prescriben los medios e instrumentos
necesarios para que nuestros valores no se vean amenazados.
Es evidente que el entorno estratégico definido por el Concepto
aprobado en la Cumbre de 2010 en poco se parece al actual. La
invasión de Ucrania o la proclamación del califato islámico —ambos
hechos ocurrieron en 2014— le dieron una sacudida al entorno estratégico
cuyas consecuencias aún padecemos. La actual guerra
de Ucrania ha marcado de tal forma la realidad estratégica, que el
Concepto de Madrid no podía permanecer indiferente a la misma y,
de hecho, no lo ha sido. El nuevo Concepto enfatiza la complejidad,
la inestabilidad y el creciente número de amenazas y desafíos a los
que se expone el área euroatlántica y Rusia es parte esencial de esa
nueva ecuación estratégica. Como hemos visto, el Concepto califica
a Rusia como «la amenaza más significativa y directa» y a China
como el «desafío sistémico», aunque se mantiene la puerta abierta
a posibilidades de cooperación futura. Otra gran novedad del nuevo
Concepto es el gran desarrollo en el mismo de toda una serie
de desafíos como ciber, híbrido, espacial, cambio climático y seguridad,
nuevas tecnologías, resiliencia, desarrollo de las agendas
de seguridad humana y mujer, paz y seguridad. También se retoca
la estructura de las tres tareas fundamentales, estableciéndose un
objetivo fundamental, la defensa colectiva, sustentada en tres tareas
fundamentales o core tasks: disuasión y defensa; prevención
y gestión de crisis; y seguridad cooperativa. Si bien se destaca el
carácter complementario de las tres, la primera de ellas adquiere,
como era de imaginar —la guerra en Ucrania lo hacía inevitable—
una mayor preeminencia. Por otro lado, el Sur entra con fuerza en
el Concepto y podría decirse que, a partir de Madrid, la dirección
estratégica Sur y una aproximación 360º a la seguridad empieza a
distinguirse en el ADN aliado.
•Más cerca de Ucrania. La Alianza y los Aliados se han comprometido
a seguir apoyando a Ucrania. La Declaración Política aprobada
por los líderes aliados recoge el apoyo político incondicional a la
Julio/Agosto 2022 Revista Española de Defensa 21
OTAN