ANÁLISIS
causa de Ucrania y el Comprehensive Assistance Package acordado
identifica la ayuda militar no letal a corto, medio y largo plazo, la
mejora de la defensa cíber y de la resiliencia del país y la preparación
de la recuperación postconflicto. Por su parte, los Aliados, a título
nacional, seguirán apoyando a las autoridades de Kiev, a través del
Ukraine Consultative Working Group.
•El reforzamiento de la Postura de Disuasión y Defensa.
Las adaptaciones de la denominada Postura de Disuasión y Defensa
son moneda de cambio habitual en la Alianza. Pero en esta ocasión
hemos ido un paso más allá: no nos hemos quedado en una simple
«adaptación», sino que la invasión rusa de Ucrania nos ha obligado
a una «redefinición» de la Postura. De hecho, la guerra de agresión
contra Ucrania ha precipitado un replanteamiento de la Postura de
Disuasión y Defensa de la OTAN, de cara a reforzar de manera sustantiva
nuestra presencia militar en el flanco Este. Desde el 24 de
febrero la OTAN ha venido reforzando, de forma muy considerable,
su presencia en el flanco Este aliado, pero a partir de ahora —y ya
con la bendición de los líderes aliados— nuestras unidades de combate
en el flanco Este dejarán de basarse en una entidad de fuerza
equivalente a batallón y pasarán a basarse en unidades de combate
de entidad brigada, siempre que así lo consideren oportuno las autoridades
militares, teniendo en cuenta el análisis de amenaza de
cada momento. Más OTAN en el Este ante una amenaza creciente.
Más fuerza y más fuerzas: eso y no otra cosa es el reforzamiento de
la Postura acordada por los líderes.
•La nueva financiación común. A nadie le cabe duda de que
una OTAN más activa en todos y cada uno de los vectores que
identificó la Iniciativa NATO 2030 —incremento de las consultas y
coordinación entre los Aliados; reforzamiento de la disuasión y defensa;
resiliencia; ventaja tecnológica; orden internacional basado en
reglas; desarrollo de capacidades de los socios; cambio climático
y seguridad; y Concepto Estratégico— nos exige a todos los Aliados
una mayor contribución a las arcas comunes de la Alianza. Es
evidente que no hay compromiso sin apoyo financiero y de Madrid
—y de ello debemos congratularnos— ha salido compromiso y el
necesario apoyo financiero al mismo. Es una buena noticia.
•Dos nuevos Aliados para nuevos tiempos estratégicos.
Sin duda, el acuerdo para dar luz verde a la adhesión de Finlandia y
Suecia ha sido uno de los grandes logros de la Cumbre. La OTAN
sale de Madrid más fuerte que nunca. Dos democracias avanzadas
y plenamente identificadas con los valores recogidos en el Tratado
de Washington han llamado a la puerta del Club Aliado. Además,
tanto Finlandia como Suecia son security providers y la interoperabilidad
de sus fuerzas está más que demostrada. Son unos grandes
Socios y serán unos grandes Aliados.
•Solo la superioridad tecnológica garantiza la primacía
estratégica. En la Alianza somos muy conscientes de ello y la firma
por un elevadísimo número de líderes aliados del Fondo de Innovación
lo pone de manifiesto. En la Cumbre de Bruselas de 2021 los
jefes de Estado y de Gobierno aprobaron la agenda NATO 2030 que
establece un mayor nivel de ambición en determinadas áreas, entre
las cuales se encuentra la relativa a preservar la ventaja tecnológica
de la Alianza. Con dicha finalidad se decidió el establecimiento del
NATO Innovation Fund y del Defence Innovation Accelerator for the
North Atlantic (DIANA). El Fondo y DIANA son dos iniciativas separadas
aunque interconectadas, que ayudarán a fomentar las nuevas
tecnologías de doble uso civil-militar para afrontar con garantías los
desafíos de seguridad y defensa de la Alianza. Mientras que la iniciativa
DIANA pretende acelerar la implantación de soluciones nuevas
y emergentes para hacer frente a los desafíos de seguridad y
defensa transatlánticos, conectando las comunidades académicas/
científicas y el sector privado/industria con el objetivo de impulsar
el desarrollo y la adopción de tecnologías que den respuesta a las
necesidades militares, el Fondo de Innovación, de participación voluntaria,
aspira a realizar una inversión de 1.000 millones de euros
durante los próximos 15 años, en empresas de reciente creación
(start-ups) que desarrollen soluciones tecnológicas de vanguardia y
que, aprovechando su potencial de innovación comercial, se dediquen
también a los desafíos de seguridad y defensa.
22 Revista Española de Defensa Julio/Agosto 2022