su mayor parte estaban casi olvidados debido
al tiempo transcurrido. Igualmente, comprobé la
necesidad de adaptación de los contenidos de
las asignaturas impartidas en el AGM a la realidad
que nos encontramos al llegar a los órganos eco-nómicos.
Tal y como había comprobado en el
periodo de prácticas, SIDAE se convirtió en la prin-cipal
herramienta de trabajo, la Ley de Contratos
del Sector Público en una referencia continua, los
cierres trimestrales y anuales en hitos periódicos,
los plazos de presentación de determinados im-puestos
en días clave en el calendario, el cálculo
de las indemnizaciones por razón de servicio en
una constante y, al igual que sucedía en el GL
I, surgían a diario quehaceres paralelos para los
que siempre se debía estar dispuesto.
La Guardia Real, mi destino actual, con su fre-nético
ritmo, me ha permitido alcanzar metas y
enfrentarme a retos que nunca pensé que ten-dría
frente a mí. Se trata de una unidad al servicio
de la Corona, cuyo funcionamiento económico
podría asemejarse a un pequeño ejército, con
facultades económicas amplias y que concentra
una amplia variedad de funciones.
Como puede apreciarse, el devenir de un te-niente
es variado e incierto a la par que intenso.
Es por ello que nuestra profesión debe ser ejerci-da
con pasión, dedicación y entrega, huyendo
de los remilgos y ensalzando nuestras virtudes y
valías. Sin duda, las mejores lecciones las apren-dí
de mis compañeros antiguos, de los profeso-res
que enseñaban con el ejemplo y, de manera
especialmente signifi cativa, de la tropa y subofi -
ciales que se han forjado a base de trabajo. Ellos
fueron y son quienes con su fi delidad y buen ha-cer
me aconsejaron y siguieron en los buenos y
malos momentos. Sin la confi anza recíproca en-tre
nosotros ninguno de los éxitos y progresos que
conseguimos juntos habría llegado a darse.
Para concluir, pocos son los consejos que pue-do
trasladar a aquellos que se encuentren en la
primera etapa de su vida como intendente, pero
dada mi corta experiencia y con la máxima hu-mildad,
les alentaría a dar el 100% de sí mismos
a diario, formar parte de las misiones que nues-tro
ejército mantiene en el extranjero, mantener
siempre vivo el contacto con los compañeros,
participar en todas aquellas actividades que
ofrezca su destino (competiciones, colaboracio-nes,
ejercicios, etc.) y continuar formándose en
aspectos tanto profesionales como personales
(idiomas, cursos, ponencias, etc.). Solo el Cuerpo
de Intendencia es capaz de «prever lo que se ha
de proveer» y somos los intendentes quienes lo
hacemos lo posible.
70 Armas y Cuerpos Nº 150 ISSN 2445-0359