La nueva Ruta de la Seda ofrece grandes oportunidades de negocio para las compañías militares privadas ,
especialmente las rusas
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• Asesores militares, que cubren
principalmente planeamiento estratégico
y adiestramiento.
• Empresas de servicios de apoyo
militar, orientadas a la logística y
las comunicaciones.
• Empresas de seguridad privada,
que cubren gestión de crisis, evaluación
de riesgos, asesoría de
seguridad, desminado o adiestramiento
de personal policial10.
Mientras que en Occidente estas empresas
tienen un claro marco legal,
en Rusia oficialmente no existen. Organizar
y/o formar parte de una CMP
constituye un delito tipificado en el
artículo 359 del Código Penal de la
Federación Rusa. A pesar de intensos
debates desde 2012, la legalización
de las CMP rusas siempre ha fracasado,
la última vez el 27 de marzo
de 2018. Sin embargo, como han revelado
evidencias oficiales y no oficiales,
las CMP no solo existen, sino que
su empleo ha aumentado significativamente
desde 2013-2014.
Hoy, los estudiosos y analistas de defensa
rusos admiten que las CMP:
• Son propiedad y actúan en interés
del Estado, en mayor o menor medida.
• Operan fuera de Rusia.
• Se emplean para la consecución
de objetivos político-militares del
Estado, pero sin su participación
directa.
EL BOOM DE LAS CMP RUSAS
Al contrario que las occidentales, que
florecieron tras el 11-S, las CMP rusas
son casi recién llegadas (Moran
Security, ENOT y RSB Group en 2011
y Wagner en 2013) y no atrajeron la
atención de Occidente hasta 2018.
Dos tendencias han caracterizado
este rápido desarrollo. Por una parte,
la creciente variedad de servicios.
La crisis de Ucrania sirvió como campo
de pruebas para la participación
en misiones de combate. Además de
estas misiones, las CMP extendieron
sus actividades a campos como la ciberseguridad
y la educación patriótica11.
Por otra, las CMP no dejan de
extender sus zonas de operaciones.
Si Ucrania fue su laboratorio, Siria
ha sido su consagración. Actualmente
operan en Libia, Sudán, República
Centroafricana y Burundi.
Sin embargo, no todas las actividades
de las CMP rusas son al servicio del
Estado. Moran, por ejemplo, se dedica
principalmente a la protección
de barcos, personas e infraestructuras
críticas. Mientras los intereses rusos
sean respetados, estas empresas
pueden conseguir sus contratos con
apoyo del Gobierno.
Para 2017 el concepto de CMP como
herramienta del Estado estaba totalmente
asumido e incluso gozaba de
popularidad en la comunidad académica
de defensa en Rusia. Ruslan
Pukhov, director del Centro de Análisis
de Estrategias y Tecnologías de
Moscú, afirmaba que el éxito ruso en
Siria estaba asegurado, entre otros
aspectos, por el empleo de CMP, que
permitía al Gobierno ruso evitar el empleo
masivo de sus Fuerzas Armadas,
adiestrar a las fuerzas aliadas y evitar
la reacción negativa a las bajas propias.