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En las operaciones del día 28 para
conducir un convoy hasta Tizzi Assa
se entabló un violento intercambio de
fuego con el enemigo. La 11.ª compañía,
no teniendo posibilidad de retirar
sus bajas, pidió ayuda a la sección del
alférez Pedro Tauler, de la 13.ª compañía.
Eyaralar apreció la comprometida
situación y, siempre valeroso, no lo
dudó, sacó las pesadas Hotchkiss de
la posición y las emplazó allí donde hacían
más daño al enemigo. Después,
al frente de un pelotón, tomó con limpieza
una casa ocupada por los rebeldes
en la Loma Rocosa. Aquella acción
distrajo al enemigo que, encelado
con la 11.ª y la 13.ª compañías, se vio
obligado a dividir sus esfuerzos. La acción,
que sumó un total de ocho muertos
y nueve heridos, puso en fuga a los
rebeldes y permitió finalmente el paso
del convoy.
La prensa detallaba las intrépidas acciones
llevadas a cabo en las intrincadas
laderas de Tizzi Assa y recordaba
las aventuradas acciones del joven
navarro: «El bravo oficial era conocido
entre sus compañeros como el “héroe
de Tahuarda”, nombre este del macizo
más elevado de la trágica cadena
montañosa de Tizzi Assa, en la que el
alférez Arnaldo Eyaralar puso bien a
prueba todo el temple bizarro, el tesón
y la noble astucia de su alma navarra
»3.
Para el 5 de junio estaba prevista una
gran operación que facilitaría el paso
de convoyes hasta las posiciones de
la línea de Tizzi Assa. Eyaralar solicitó
permiso para participar en la acción.
Durante la mañana se unió a la columna
del coronel Gómez Morato que,
escasa de oficiales, tenía prevista la
agregación del alférez a la
II bandera. El desarrollo de
los acontecimientos le llevó a unirse al
asalto a la bayoneta sobre la Loma de
las Piedras con los legionarios que lideraba
el teniente Federico de la Cruz
Lacaci, el jefe de la 4.ª compañía. Instalado
en la altura, el reducido grupo,
que no llegaba a un pelotón, se defendió
con fiereza y limitó durante horas la
acción del enemigo, dejando expedito
el paso de los convoyes a Tizzi Assa.
SACRIFICIOS Y RECOMPENSAS
No tardaron en reconocerse los méritos
del alférez Eyaralar. La Orden de la
Comandancia General de Melilla del
13 de septiembre de 1923 lo citó como
«distinguido por su entusiasmo al ocupar
Loma Rocosa el 28 de mayo, el 29
por su iniciativa y dotes de mando y el
5 de junio por su demostración de valor
y elevado espíritu al solicitar voluntariamente
acompañar a las tropas».
Para el 5 de
junio estaba
prevista una
gran operación
que facilitaría
el paso de
convoyes hasta
las posiciones de
la línea de Tizzi
Assa
Por la acción del día 5, el teniente De
la Cruz Lacaci fue recompensado más
adelante con la Cruz laureada de la
Real y Militar Orden de San Fernando4.
También se abrió juicio contradictorio
para valorar el ingreso en la Orden de
San Fernando del alférez Arnaldo Eyaralar,
pero las cláusulas estaban claras
y, a pesar de tratarse de una acción en
la que todo el grupo derrochó heroísmo,
finalmente no fue aprobada.
El alférez Arnaldo Eyaralar